miércoles, 19 de noviembre de 2008

El hielo del Ártico crece un 9% respecto a 2007 pese a los augurios ecologistas.

Acaba de terminar la temporada de deshielo en el Ártico y la superficie helada del Polo Norte ha experimentado un aumento del 9% respecto al pasado año, según los datos recogidos por el National Snow and Ice Data Center (NSIDC). Pese a que el centro emitió una nota de prensa destacando que el deshielo continúa, lo cierto es que la masa helada creció respecto a 2007, aunque se mantiene aún muy por debajo de la extensión alcanzada en 1979.
En concreto, reconoce que dicha superficie es un 9,4% "superior" al mínimo alcanzado el pasado año. La trampa radica en cómo efectuar la comparación de tales mediciones, ya que el centro toma como referencia la extensión media de superficie helada entre 1979 y el año 2000. Así, en 2007 la extensión mínima de hielo ártico fue el 42,6% menor que en el período 1979-2000, mientras que en 2008 fue un 33,1% menor. Es decir, ha crecido de un año para otro, por primera vez en los últimos 7 años.

Las últimas mediciones elaboradas al respecto por el Japan Aerospace Exploration Agency (uno de los referentes mundiales en la toma de datos por satélite sobre extensión de hielos polares) parecen corroborar el crecimiento neto de la masa helada en el Ártico. Y es que, según este organismo, la actual superficie de hielo es similar a la existente en 2005. Las gráficas, recogidas en el blog desdeelexilio, compara los datos obtenidos en 2008 con la superficie de 2007 y 2005.

De hecho, la secuencia elaborada por la agencia japonesa muestra que la extensión de hielo en 2008 aumenta hasta niveles próximos a los registrados en 2005 y 2006.

En septiembre de 2007, la extensión del hielo marino del Ártico marcó récord mínimo desde que se mide con satélites, mientras que en la Antártida marcó su máximo. El hielo marino constituye una fina capa de dos o tres metros de agua superficial que todos los años se congela y se descongela siguiendo el ritmo estacional que marca el Sol.
Lo curioso es que, según los datos recogidos con fecha del pasado mes de abril, la suma de las extensiones del hielo del Ártico y de la Antártida marcan una anomalía positiva, que equivale aproximadamente a 1 millón de kilómetros cuadrados (dos veces la superficie de España), según recoge el climatólogo Antón Uriarte en su blog CO2.

Fuente de los mapas: página web del IUP de la Universidad de Bremen.
Pese a todo, tales datos no muestran una tendencia hacia el incremento de la superficie helada, pero sí constituyen una prueba de que, al menos, durante el presente año el deshielo se ha frenado respecto a 2007. Algo que, además, coincide con el hecho de que el aumento de la temperatura media del planeta se haya congelado a lo largo de los últimos años.
Frecuencia de los huracanes
Los grupos ecologistas argumentan que el deshielo y el incremento del número de huracanes constituyen pruebas irrefutables acerca del temido calentamiento global. Sin embargo, los últimos datos desmontan tales afirmaciones. Algunos de los más importantes científicos en esta materia desmintieron recientemente la relación existente entre el cambio climático y la frecuencia de los huracanes, tal y como avanzó LD.
Es más. La serie histórica que muestra las frecuencias anuales de huracanes en el Atlántico Norte, desde 1944 hasta el 2007, indica que el 2005 fue una de las temporadas más intensas en este ámbito, coincidiendo con el desastre del huracán Katrina. Sin embargo, 2006 y 2007 carecen de relevancia en este sentido, en comparación con décadas pasadas.
En azul se representa el número total de huracanes y en rojo los que han sido grandes, entre categoría 3 y 5 .

Por último, un reciente informe elaborado por el doctor Easterbrook, profesor de geología en la Western Washington University, demuestra que el calentamiento que ha vivido el planeta desde 1977 hasta 1998, debido a causas naturales, ha terminado y avanza la llegada de una nuevo período de enfriamiento global que podría prolongarse durante las 3 próximas décadas.
¿Hacia el enfriamiento global?
El trabajo, que ha sido publicado recientemente por la Geological Society of America, explica que el Océano Pacífico ha oscilado a lo largo del último siglo entre etapas cálidas y frías cada 25 ó 30 años. Dicho proceso (PDO) cambió precipitadamente en 1977, según Easterbrook, desde su modo frío a su modo cálido, y ello influyó en el calentamiento que vivió el planeta a partir de esa fecha hasta 1998.
Según el estudio, el PDO ha vuelto a cambiar de modo que la temperatura del planeta avanza hacia un nuevo período de enfriamiento que se prolongará durante los próximos 25 ó 30 años. Ello estaría relacionado a su vez por la actividad solar. No obstante, pese a que la concentración de CO2 en la atmósfera siguió creciendo desde 1950 a 1970, la temperatura media del planeta descendió, tal y como muestra la serie gráfica sobre las oscilaciones del Pacífico.

La evolución entre emisiones de CO2 y temperatura media del planeta a lo largo de las últimas décadas muestra, igualmente, ciertas divergencias.

De este modo, la predicción de Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático de la ONU (IPCC), sobre el aumento de las temperatura media corre el riesgo de no cumplirse en caso de que dicha teoría se corrobore durante la presente década.

Los glaciares de Alaska crecen por primera vez en 250 años.

Los glaciares de Alaska crecen por primera vez en 250 años

El sorprendente frío de este verano en Alaska, unos 3 grados centígrados por debajo de la media, ha traído como resultado un aumento de los glaciares, por primera vez en 250 años. Una dato que coincide con el enfriamiento de temperaturas en 2008 y el aumento de la masa helada en la Antartida.


El frío de verano de Alaska ha tenido resultados sorprendentes. Por primera vez en los últimos 250 años, los glaciares han comenzado a crecer, en lugar de disminuir, en contra de las hipótesis elaboradas por los ecologistas y el Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático de la ONU (IPCC).

El pasado verano, Alaska registró en verano una temperatura de 3 grados centígrados inferior a su media habitual, lo que permitió un incremento récord de las masas de hielo y nieve en invierno. Es decir, aumento de la masa glacial, informa Daily Tech.

"A mediados de junio, sorprendió ver la nieve aún al nivel del mar en Prince William Sound", según el glaciólogo Bruce Molnia. "En general, las condiciones meteorológicas de este verano han sido las peores que he visto en al menos 20 años", según una información del Anchorage Daily News (un periódico de Alaska), recogida por el blog desde el exilio.
Desde que existen investigaciones al respecto (1946) nunca antes se había observado una acumulación de hielo como la de este año. Además, este aumento ha sido similar en otros muchos glaciares, según Molina.


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La NASA reconoce que cometió un error al anunciar el octubre más cálido de la historia

El Instituto Goddard (GISS), rectifica. Tras anunciar que la temperatura media del planeta subió 0,75 ºC en octubre, reconoce que cometió un error. El GISS copió las temperaturas registradas en Rusia en septiembre. La entidad califica de "accidente" tal medición, pero culpa a otra entidad del error.

El Instituto Goddard (GISS), perteneciente a la NASA, sorprendió a propios y extraños esta semana después de que sus mediciones afirmaran que la temperatura media global había subido 0,75 grados centígrados el pasado mes de octubre. Uno de los octubres más cálidos de la historia.

Sobre todo, en Rusia, en donde lejos de descender las temperaturas, las mediciones indicaban que el termómetro se mantenía casi invariable respecto a septiembre. Por ello, precisamente, ascendía la temperatura media en octubre, según los datos del GISS.
Sin embargo, tales registros eran falsos. El equipo de colaboradores que dirige el prestigioso investigador canadiense Steve McIntyre denunció el error. Y es que, la gran mayoría de las estaciones ubicadas en territorio ruso registraron la misma temperatura en octubre que en septiembre.
El organismo que dirige el científico James Hansen (colaborador de Al Gore) ha tenido que rectificar. Este martes publicaba una breve y escueta nota en su web oficial calificando de "accidente" las mediciones registradas en octubre.
Aunque, lejos de pedir disculpas, el GISS señala al NOAA, organismo encargado de la lectura de determinadas mediciones atmosféricas, como principal responsable del error cometido.
Culpa a otra entidad del error
El comunicado indica que los datos del NOAA no estaban actualizados. Sin embargo, ante tal acusación, el director de comunicación del NOAA, Scott Smullen, indicó que tal organismo no es responsable del fallo, puesto que tan sólo se encarga de verificar la medición de temperaturas registradas en EEUU y no de otros países, según declaró al Daily Tech.
Además, el error no sólo afecta a octubre, ya que los complejos algoritmos de medición empleados por el GISS alteran los datos de otras fechas en caso de que se registren pequeñas modificaciones o variaciones. Así, el pasado agosto la temperatura media habría subido 0,11 ºC respecto al anterior registro, debido a las temperaturas erróneas registradas en Rusia en octubre.
El directo del GISS, James Hansen, eludió hacer ningún comentario al respecto. El GISS es una de las principales fuentes climáticas del mundo, y sus estimaciones sirven de base para los trabajos y estudios del Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático de la ONU (IPCC).
Por su parte, el investigador Steve McIntyre afirma que los datos de la NASA no coinciden con las mediciones por satélite, y que octubre sigue la misma tendencia de ligero enfriamiento en la temperatura media global, tal y como se viene registrando desde 1998.