domingo, 6 de diciembre de 2015

Fray Bartolomé de las Casas y la incierta leyenda negra española. Un español que "traicionó" a España, inventando y exagerando una realidad que él apoyó y de la que fué cómplice.



A Fray Bartolomé de las Casas se le ha bautizado como Apóstol de las Indias, el nuevo san Pablo, y es tal su popularidad –se le considera pionero de la defensa de los Derechos Humanos- que cuesta, a estas alturas, saber a ciencia cierta qué hay de mito y qué hay de realidad. La extraordinaria fama internacional de De las Casas se fundamenta en pasiones políticas y no en méritos objetivos. He aquí un análisis punto por punto de veracidad de las bondades que le atribuyen a este personaje. 
  •  Leyenda: Fray Bartolomé de las Casas viaja a América a defender a los indios. 
Realidad: Bartolomé de Las Casas no sólo no pretende viajar a las Indias para defender a sus nativos sino que durante la primera década que vivirá allí llevará el mismo estilo de vida que sus compatriotas.  
Se embarca hacia las Indias en 1502 acompañando a Nicolás de Ovando, tercer gobernador nombrado por los reyes Católicos. La expedición llega a la isla La Española (actual Santo Domingo), y allí permanece hasta 1512. Participa activamente en las guerras de su gobernador contra los indios, cuya misión es organizarlos en poblados, en convivencia con los españoles, comenzar la evangelización, y que trabajen recibiendo un jornal por ello. Las Casas, por sus servicios como soldado, recibe recompensas en tierras, oro y siervos. 
  •  Leyenda: Fray Bartolomé es el pionero en denunciar la situación en Indias. 
Realidad: Fueron otros clérigos y otras órdenes quienes pidieron un trato más justo para los nativos, a diferencia de Bartolomé de las Casas que se resistió a ello. 
Cierto es que Colón propuso la venta de esclavos a los Reyes Católicos. La reina Isabel se indignó ante tal propuesta y ordenó poner en libertad a los indios, a los que nombró vasallos del reino al igual que cualquier otro español. Vasallos de la Corona, libres, con los mismos derechos y deberes que cualquier cristiano. Pese a esto, era harto complicado controlar a algunos españoles encomendados en las Américas que no seguían las órdenes reales.  
Fray Antonio Montesinos, respaldado por el rey Fernando, fue el primero en enfrentarse a los que desobedecían las directrices de los reyes Católicos y pretendían a los indios como siervos. Todo aquello que después vendería Las Casas como propio no sería más que una repetición de las denuncias de Montesinos, solo que aderezado por sus propios delirios, invenciones y exageraciones. 
Fernando el Católico, a instancias de Montesinos, nombró una comisión formada por personas de la máxima confianza del fraile para que preservaran los siguientes principios: los indios habrían de ser tratados como libres, instruidos en la fe, que hicieran un trabajo moderado y siempre retribuido, que tuvieran casa y hacienda propia y que vivieran en comunicación con los españoles. Conforme a estos principios se redactaron las leyes de Burgos del 27 de diciembre de 1512. Al año siguiente -el 28 de julio de 1513- añadieron al respecto cuatro leyes más en las que se moderaba el trabajo de las mujeres y se prohibía el trabajo de los niños. 
Las Casas disfrutaba durante esos años de las encomiendas recibidas por Ovando, y no quiso, como religioso, participar de la nueva práctica de los dominicos en la isla La Española: habían decidido negarse a confesar a cualquier español que tuviese indios encomendados. Confesión que negaron al mismo Las Casas porque tenía labranzas con indios. 
En 1512 fray Bartolomé emigró a Cuba, donde no había en toda la isla más clérigo que él. De modo que será tarea suya predicar para el Gobernador, Diego Velázquez, y a su segundo, Pánfilo de Narváez. De Velázquez recibió un repartimiento de indios, que empleó para sacar oro de las minas y para el trabajo en granja. 

  • Leyenda: Fue hombre humilde y cabal que realizó su labor a la sombra. 
RealidadNo es hasta 1514 que se plantea, de golpe, sin evolución ni causa aparente, que el trato que está dando a sus indios es injusto. Decide renunciar a los siervos y a su hacienda. Pese a que en sus memorias afirma haber abrazado la pobreza en silencio, en secreto, el 15 de agosto de 1514 en la fiesta de la Asunción, en presencia de todas las autoridades, da un discurso vanagloriándose de su acto, se impone como modelo, proclama su renuncia a la encomienda, y afirma que nadie se salvará si no siguen su ejemplo. 
Todos los presentes quedaron admirados de su condición de bondad e incluso santidad, según los escritos de la época, aunque ningún español de Cuba liberó a sus indios. Pero Fray Bartolomé se mostró satisfecho pues le admiraban por su gesto y tenían en estima. Según Menéndez Pidal, las Casas entra en un ritmo de interpretación sistemática paranoide de todo escrito, sagrado o no. Según su interpretación, toda norma ética resalta lo demoniaco de la naturaleza del español. No hay grises, no hay mezcla entre el bien y el mal. Deja de distinguir entre cristianos y decide que cualquier trato con los indios es injusto y tiránico, fuera el que fuere el realmente ejercido. Después de erigirse como el nuevo apóstol del rigorismo moral continúa un año más en la isla de Cuba, sin convertir a ningún español ni lograr que emularan sus pasos. 
Decide ir a Castilla. Embarca el 6 de octubre de 1515 con Montesinos, que le da una carta de recomendación para el Rey. Las Casas ya tiene pasaporte para entrar en la Corte. En diciembre de 1515 llega a Plasencia. El Rey Fernando está postrado enfermo (muere el 23 de enero de 1516) así que fray Bartolomé solo logra ser recibido por el obispo Juan Rodríguez de Fonseca, presidente de los asuntos de Indias en el Consejo Real, al que Las Casas acusa -por despecho por no haber sido recibido por el rey- de soberbio e indiferente, y de hacer caso omiso de sus quejas, en contradicción con la opinión de los demás religiosos con los que se reunió para hablar de la situación de los indígenas.  

  • La leyenda: El plan de reforma de Cisneros está basado en las ideas de Fray Bartolomé 
Realidad: Muerto Fernando el Católico, Las Casas tuvo que entenderse con el Cardenal Cisneros. Presentó una cada vez más larga relación de crueldades cometidas por los españoles en Cuba, La Española, Jamaica y San Juan. Cisneros había percibido de los dominicos su preocupación por los derechos de los indios. Los franciscanos, por su parte, defendían una postura más paternalista de los españoles hacia los nativos. Pese a ser franciscano también, Cisneros optó por una tercera salida, los frailes jerónimos, y los envió en 1516 a reformar el gobierno de Indias. En aquellas fechas Las Casas no pertenecía a ninguna de las tres órdenes, y Cisneros le confirió un cargo de consejero, para mirar por el bien tanto de los indios como de los españoles. Fray Bartolomé alardeará de haber proporcionado al cardenal la base para la reforma, y añade en sus textos que recibió también un título de Protector universal de todos los indios de las Indias. No consta. Y tales fueron las desavenencias con los jerónimos, que fue destituido de su puesto, hecho que Las Casas oculta, afirmando sin embargo que fue él quien renunció.

  • Leyenda: Fue un fiel cronista de lo que ocurrió en Indias 
Realidad: En todos los escritos de Fray Bartolomé no hay datos concretos, sólo descripciones imprecisas, aderezadas de horrores que no aclara ni dónde ocurrieron, ni cuándo, ni perpetradas por quién. Lo único que se saca en claro es que el español –cualquiera- parece tener como labor principal en el Nuevo Mundo la tortura y la matanza de indios.  
No sólo describe salvajadas acontecidas en las tierras adonde él viajó, sino que narra con vehemencia las que, afirma, se perpetraron donde jamás estuvo ni fue testigo. Inventa un genocidio indígena, que, según va escribiendo, tiene una cifra de víctimas diferente. Al principio, doce millones de muertos, luego asciende el número de víctimas a 15 millones, y finalmente asegura que se pudieron contar hasta 24 millones de muertos. Cifras que proporciona y cambia arbitrariamente en la misma obra. Sobra decir que es física y demográficamente imposible. Tanto por la velocidad de la matanza como porque en la América Precolombina se estima que la población apenas superaba los 13 millones de habitantes. Claro que también decía Las Casas que en Santo Domingo había visto 30.000 ríos y que el borde norte de la isla era más grande que toda Portugal. 

  • Leyenda: Predicó con el ejemplo y actuó desinteresadamente ayudando a los indios 
Realidad: Las Casas denunció que todo el dinero originario de las Américas era fruto del robo a los indios. Son embargo, no dudó en aceptar 100 pesos oro al año como procurador de los mismos. Ni medio millón de maravedíes al año por ejercer como obispo para ellos. Ni la pensión de trescientos cincuenta mil maravedíes que se le designaron al perder el obispado. Nunca ejerció la caridad. No aprendió su lengua, no tenía un contacto de igual a igual con ellos, nunca hizo por educarles ni enseñarles algo de provecho. Entre sus congéneres no tenía especial buena fama. Fray Toribio de Motolinia, clérigo misionero, llegó a escribir en carta al emperador Carlos V que Las Casas era un hombre bullicioso y pleitista, injuriador, “yo conozco a De Las Casas quince años (..) y siempre está escribiendo procesos y vidas ajenas, buscando los males y delitos”.

  • Leyenda: Se postuló contra todo tipo de violencia. 
Realidad: La única violencia que denunció y generalizó -exagerando e inventando las cifras- fue la que ejercieron algunos españoles contra algunos indios. Nunca mostró horror ante las costumbres nativas, los sacrificios humanos de las religiones precolombinas,  las decapitaciones, la extracción de los corazones de los niños y las prácticas antropófagas. En su visión del mundo, los indios eran ángeles pacíficos y los cristianos demonios destructores.  
No sólo eso. En 1531 propone ante el Consejo de Indias que para liberar a los indios de sus trabajos deberían traerse, desde áfrica, a 4000 negros. Tan buena idea le parece que en 1542 vuelve a insistir en la introducción de esclavos negros en las Indias. 
En definitiva, no hay que despreciar la labor de defensa a los indios en las Américas y el intento de que se aplicaran las justas leyes contra la esclavitud que habían promulgado los Reyes Católicos. Pero ni fue el único español que procuró el bienestar de los indios, ni fue un ejemplo de humildad y caridad, ni son ciertas las barbaridades relatadas, ni es justo que un hombre tan polémico y unos datos tan inexactos generaran una leyenda negra que España lleva siglos arrastrando en su historia.
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Nada lo detenía: discusiones públicas, libelos, sermones, todo valía; incluso hasta lograría captar la amistad del gran Carlos I logrando que suspendiera momentáneamente la empresa conquistadora.
Sin embargo, como “el alma humana es de tantos modos esclava” (según la sentencia de Aristóteles) el fraile, aunque oponiéndose a los malos tratos que los indios recibían, sugerirá la esclavitud de los negros traídos del África para reemplazar a los nativos de América… Es que “hay negros de todos los colores…”, como decía el gran Ramón Doll.

La obsesión de Las Casas es una idea: España y deseando que la Conquista sea lo más “pura” posible denuncia muchas veces sin fundamento ni precisión.
Se trata de la clásica dialectización; “españoles malos-indios buenos”: los aborígenes, eran apacibles en la tierra de la libertad, pueblos habitados por suavísimos indígenas, delicados y tiernos, como lo pudieran ser en España los hijos de príncipes y señores. Gente que “no conoce sediciones o tumultos” y del todo “desprovista de rencor”, odio y deseo de venganza; para Las Casas el indio era un ser que carecía del pecado original.
Aquí nuestro dominico surgirá como el predecesor del “buen salvaje” rousseauniano, publicitado por los iluministas del siglo XVIII y los charlatanes de hoy. Pero bástennos estos ejemplos como muestras.
Hay muchísima bibliografía acerca de la personalidad de Las Casas y de su “obsesión” e imprecisiones; existen incluso serios estudios que afirman un grado de paranoia en Las Casas y hasta de “profetismo”, como señala autorizadamente Menéndez Pidal: “holgadamente se hallaba Las Casas, en un ambiente profetista, situándose fuera de toda realidad, y ¡con cuánta sencillez falseaba por completo la verdad de todo lo que le rodeaba!”.
 De hecho, Menéndez Pidal definía a este personaje como lunático. Y bastante vanidoso por cierto, pues se cita a sí mismo en tercera persona y no como "Casas" sino como "Casaus".                                                     
 Sobre su obra:
Toda su obra ha sido la piedra angular sobre la que se ha cimentado la leyenda negra que tanto han utilizado los enemigos de España para atacarla y desprestigiarla. Sólo por esto ya se le podría aplicar a Las Casas aquella célebre sentencia evangélica que dice: "No es bueno el árbol que da malos frutos". (Lucas VI, 43)

"El viento de la soberbia arrastra toda virtud. La humildad es la base de las buenas obras". (S. Agustín).

Sobre la realidad de la época:
Resulta lamentable que hayan surgido alguna voz desde dentro de la Iglesia que pretenda la escandalosa beatificación de Fray Bartolomé De Las Casas.

Como cuestión previa debo señalar que todos nos damos cuenta que es una magna obra la colonización de todo un continente, y, dentro de este contexto, analizar la delicada cuestión de las relaciones entre colonizadores e indígenas es una tarea compleja que no admite ningún tipo de simplificación.

Pero pese a ello, y a las incontables dificultades que representó este gran empeño español de civilizar al Nuevo Mundo, es un hecho incontestable que España, globalmente, realizó esta empresa con una gran prudencia y tacto, actuando en todo momento con mayores consideraciones que cualquier otro país colonizador del mundo y obrando siempre a la luz de sabios teólogos, insignes juristas y grandes moralistas que inspiraron las decisiones de nuestros reyes y las leyes particulares que se dictaban para el Nuevo Mundo, siempre atentas a la situación y derechos de los nativos.

La prueba irrefutable e inequívoca de todo ello nos la proporciona el hecho de la desaparición de la superficie de la tierra de todas las tribus indias que presenciaron la colonización de Manhattan, Jamestown o de Plymouth Rock, mientras que los indios que encontró Hernán Cortés en el Yucatán y en Méjico siguieron allí y hoy día sus descendientes habitan mayoritariamente esos pueblos.

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El sistema español propició una igualdad humana que no creo el sistema anglosajón. No hubo ningún racismo en la colonización española; laicos y religiosos sentían que todos, indios y españoles, eran hijos de Dios, iguales en dignidad personal. Sabían que las diferencias entre unos y otros no eran congénitas, sino debidas a una serie de importantes circunstancias, que hacían grande el desnivel cultural entre ellos mismos y aquellos hombres recien encontrados.

Pero en este trascendental capítulo de la historia universal protagonizado por España, no podían faltar las malicias y las pasiones de los hombres, que con su fantasía e imaginación desbordada tantos mitos han creado.

El mayor creador de mitos y deformaciones de la realidad histórica fue Fray Bartolomé de Las Casas.

Toda su obra ha sido la piedra angular sobre la que se ha cimentado la leyenda negra que tanto han utilizado los enemigos de España para atacarla y desprestigiarla. 

Éste controvertido personaje que nació en Sevilla en 1.474, fue clérigo secular, fraile dominico y obispo de Chiapas. Se hizo famoso por sus campañas a favor de los indios utilizando siempre expresiones hirientes y de una gran violencia verbal en todos sus escritos, y, resulta paradógico que por ese supuesto amor a los indios, llegara al odio para los conquistadores españoles.

Bartolomé De las Casas llegó a defender los sacrificios humanos, argumentando que eran un notable mérito de los indios. Decía que :"Si un pagano considera a su dios como verdadero, es natural que le ofrezca lo que más tiene de valor, es decir, la vida de los hombres". Y seguía "El legislador puede y debe obligar a algunos del pueblo a que sean inmolados para ser ofrecidos en sacrificio, los cuales al sufrir tal inmolación se supone que la quieren y desean con acto lícito".( "Fray Bartolomé de las Casas, a la luz de la moderna crítica histórica", 1.970. Losada, Angel").
  • Otra nota de la personalidad de éste extraño fraile es la puerilidad con que se vanagloriaba en sus escritos. Como ejemplo, transcribo un fragmento de una de sus famosas Cartas al Consejo fechada el 15-10-1.535. "Y me puedo jactar delante de Dios que hasta que yo fuí a esa real corte, aún en tiempos en que vivía el Católico Rey D. Fernando, no se sabía que cosa eran las Indias ni su grandeza, opulencia y prosperidad". En todos sus escritos usaba frecuentemente la expresión "yo"; quizá para respaldar sus opiniones que de otra manera nadie creería.

Como réplica y sin más comentarios, ahí queda la siguiente cita de Sto. Tomás: "La vanagloria es el mayor de los pecados capitales".

Otro dato interesante que sirve para retratar todavía más si cabe a este fraile dominico es su condición de heredero de sangre y apellido francés (Casaus), que quizá le hizo conservar cierto resentimiento hacia lo Hispano. Así, mientras Fray Bartolomé De Las Casas se vanaglorió de tener el apellido Casaus, de rancia nobleza, utilizándolo con una absoluta falta de humildad y exigiendo para siempre que le llamaran Casas o Casaus; Fray Toribio de Benavente, coetáneo suyo, quiso llamarse y que le llamaran para siempre "Motolinía" (que significa "pobre" entre los indios), dando así muestras de una auténtica humildad y espíritu de pobreza evangélica.

Resultado de imagen de fotos  de bartolome de las casas Para acabar de perfilar su retrato psicológico, hemos de señalar que el rey le concedió cuatro esclavos negros para su servicio, que aceptó y usó, que jamás sufrió ninguna persecución, y que murió de noventa y dos años cobrando una pensión, a cargo de la Corona española, de 350.000 maravedíes como recompensa a su amor por los indios. En compensación, el fraile bienhechor se dedicó toda su vida, cayendo ya en lo rutinario, a distorsionar las supuestas correrías, robos, asesinatos y torturas de los españoles.

El célebre tratado que escribió De las Casas, "Brevísima relación de la destrucción de las Indias", está poblado de errores, mentiras, falsos testimonios e imprecisiones. Para desarrollar cualquier acusación sobre acontecimientos históricos deben cumplirse unos requisitos indispensables, como son los de indicar la fecha, el lugar, los protagonistas y la descripción de los hechos. En la obra anteriormente aludida tan sólo aparece una vez el responsable de los acontecimientos cruelísimos que relata, es el caso de Juan García en los relatos del reino de Yucatán. En los demás casos, los tiranos, genocidas y destructores aparecen envueltos en la penumbra y en el anonimato, lo que hace imposible la identificación de los autores de esos supuestos atropellos.

Otro rasgo muy significativo es la inclinación irresistible que sentía hacia la exageración. Si sumamos la cifra de indios supuestamente asesinados por los españoles se elevarían los mismos, según el cálculo realizado por de Las Casas, a unos 30 millones, cuando según estudios actuales, se cifra el total de la población en 12 millones. Con lo cual, los españoles, según Las Casas, habrían asesinado a más del doble de la población real.

Al margen de todo lo expuesto anteriormente, hemos de reconocer que en toda obra humana la crítica se hace necesaria. Pero esta crítica debe servir para corregir y para educar, no para golpear con el látigo y deformar la realidad de lo que fue la gesta más gloriosa de nuestra historia de España.  Se llevó la Religión, se les ofreció el lenguaje que permitió la comunicación entre ellos, se les enseñó a cultivar la tierra, se introdujeron nuevos hábitos de relación sin sacrificios humanos ni antropofagia. Sólo España, llevó Universidades a sus territorios. En América había ya tres (Sto. Domingo, Méjico y Lima) en la primera mitad del siglo XVI, superando a muchas naciones europeas de la época.

  Los españoles, que siempre han sido invadidos, se desparramaron ansiosamente por todo el Nuevo Mundo en una de las más increíbles y brillantes hazañas que supuso el mayor derroche de energías y de vidas que quepa imaginar.

De España partía el conquistador y el misionero con una euforia increíble, en un anhelo común de cristianizar las nuevas tierras, lo que revela psicológicamente que la nuestra fué la civilización más humana, profunda y moral que se haya conocido nunca. Y ESO NO ERA TAN NORMAL EN LA ÉPOCA, LEAN LO QUE HICIERON LOS INGLESES, LOS FRANCESES Y POCO DESPUÉS LOS HOLANDESES Y RESOS DE EUROPEOS. No solo en América, sino en Australia o África.

Historicamente todo, absolutamente todo, lo sacrificó España al catolicismo imperante en la época, recibiendo en compensación esa inmensa e incontable legión de teólogos, misioneros y místicos que tanto esplendor han dado a La Iglesia. Y ERAN ORIUNDOS DE ÁMERICA.

La gobernación española en América duró tres siglos y fue uno de los periodos de paz más extenso y más largo de cualquier otro tiempo y lugar. Allí sembró España  su sangre y lo que hoy se conoce como civilización occidental. Su labor social y cultural fue admirable y sus leyes muy superiores a las de su época en cualquier otro país del mundo.

Una gesta así vivirá de forma perdurable para toda la eternidad, y ni Fray Bartolomé ni nadie jamás, podrá borrar la gloria del pueblo más valiente de cuantos han existido. Él solo enturbió la grandeza con su megalomanias y afán de protagonismo, era un exagerado que no meida sus actos con tal de cosneguir sus propósitos. Un ser algo irresponsable que se aprovechó del sistema de las encomiendas y que tuvo esclavos la mayor parte de su vida como clérico.


Uno compara, por ejemplo, las historias de la conquista de México de López de Gomara, Antonio de Solís o los propios Díaz del Castillo y Hernán Cortés (protagonistas de los hechos) con las "patochadas" en un pequeño panfleto de pocas páginas con las que el dominico sevillano narra esta esta gesta, y desde luego siente algo de vergüenza ajena.

Sin embargo este sarta de disparates, desenfoques, exageraciones o literalmente mentiras tuvo un éxito como pocas veces ha tenido una obra española. Y pasó como libro histórico lo que no es sino ficción, una exageración, una mentira tras otra y de mala calidad. Un genial precedente de la propaganda moderna. Desde la independencia has apsado ams de 200 años y en el trascurso de esos años los aborígenes indios han sido masacrados y asesinados en proporción aún mayor si cabe que ha toda la época de unión con España.  
En cuanto a la población indígena si lo vemos en proporciones a la realidad actual, encontramos que los países con más porcentaje de población india son Perú, Bolivia y México. O sea que tanto en cantidades absolutas como relativas predominan las descendencias inca y azteca, tal como sucedía a la llegada de los españoles.
Otro dato interesante sería conocer la cantidad de mestizos. Porque el mestizaje ha sido una práctica común y socialmente aceptada en Hispanoamérica, en donde no existió jamás ni por asomo el vergonzoso "apartheid" que practicaron los ingleses y que llegó con los USAs tasta bien comenzados 1960.

Por último es interesante la carta que Fray Toribio de Benavente-Motolinía-mandó al Rey de España en la que le hablaba de Fray Bartolomé. En ella le decía que era un fraile "desasosegado", en el sentido de que iba y venía continuamente de Las Indias a España y de España a Las Indias con un montón de legajos. No paró lo suficiente en ningún sitio como para distinguir a un indio antillano de un náhuatl,ni para aprender su idioma o para saber cómo pensaban. Metió tanto ruido que le hicieron obispo mientras que él-es decir Motolinía-no pasó de un fraile del común que, vio Sevilla una vez y no la volvió a ver más en su vida. Eso sí, era nahuatlato, distinguía perfectamente a un
tlaxcalteca de un otomí y las personas buenas de las malas sin meterlos a todos en el genérico de indios. Motolinía bautizaba a los indios porque le parecían personas como las demás; Las Casas no quería bautizarlos hasta años de preparación porque tenía un concepto paternalista del "buen salvaje" al que había que proteger pero del que uno no se podía fiar. Los franciscanos fundaron el colegio de "Santa Cruz de Tlatelolco" donde dieron a los hijos de la nobleza nahua los mismos conocimientos del Trívium y el Quadrivium que las universidades europeas. Tal cosa ni se le pasó por la cabeza a Las Casas porque nunca llegó a darse cuenta de que el grado de civilización de los indígenas era totalmente diferente, para él todos eran "indios". Es decir, Las Casas fue un intelectual que no salió jamás del mundo de las ideas para captar la realidad. Y la realidad era que el Calmécac de los mexica era imposible entre los taínos, por ejemplo, con lo que la complejidad de los que él llamaba "indios" era muchísimo mayor que el mito del buen salvaje al que tanto contribuyó, que en algunos casos ni eran tan buenos ni tan salvajes.
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De interés:
 http://quenotelacuenten.com/2014/01/30/segunda-entrega-el-autor-de-la-leyenda-negra-antiespanola-fray-bartolome-de-las-casas-ii/

http://www.raco.cat/index.php/BoletinAmericanista/article/viewFile/98598/146195

http://www.ciudadseva.com/textos/otros/brevisima_relacion_de_la_destruccion_de_las_indias.htm

http://blogs.libertaddigital.com/presente-y-pasado/las-casas-como-adelantado-de-goebbels-5878/

http://cvc.cervantes.es/literatura/aiso/pdf/03/aiso_3_3_021.pdf

jueves, 15 de octubre de 2015

CELEBRAMOS EL DESCUBRIMIENTO, NO UN ENCUENTRO.

CARTA ABIERTA DE UN GUARDIA CIVIL A WILLY TOLEDO

'No renuncias a tu nacionalidad porque se acabarían las subvenciones'

Un agente retirado de la Benemérita responde al mensaje rebosante de odio hacia España y los españoles del "actor" Willy Toledo.

 

"CARTA ABIERTA A GUILLERMO TOLEDO:

Te podía haber contestado el 12 de octubre, como hicieron muchos españoles -anónimos y conocidos- que se sintieron ofendidos, pero no eres tan importante como para que dejase de celebrar el día de mi Patrona. No tienes la suficiente entidad intelectual ni moral para que perdiese ni un sólo segundo de unos de los días más importante del año para mí en contestarte.
Como guardia civil, como español y como católico me sentí ofendido. Ofendido porque tú, verdadero hijo de p*** -y no lo entiendas como un insulto, repito que ni siquiera tienes la entidad moral suficiente para que te insulte, tómatelo como la forma vulgar que figura en el Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española para designar a alguien como tú, a una "mala persona"- has arremetido contra todo en lo que creo, lo que respeto, lo que he defendido y por lo que he luchado. Has arremetido contra aquello por lo que luchan y defienden mis compañeros y por lo que han muerto asesinados muchos de ellos: España y su identidad pasada, presente y futura, la tolerancia y la libertad. Has arremetido contra nuestra identidad, contra nuestros valores, contra nuestras instituciones y contra nuestras tradiciones, has sembrado odio e intolerancia con tus cagadas. Y has ofendido.
Hoy te voy a contestar, con tranquilidad, con respeto y sin insultos. Y voy a intentar ilustrarte para ver si vas saliendo poco a poco de tu ignorancia, porque demostraré que eres un ignorante -y no, no es un insulto, ya comprobarás al final que sólo es tu realidad-.
No es la primera vez que me resulta repugnante oír las tonterías que dices, evidentemente debe ser porque tenemos pensamientos distintos. Yo soy tolerante y respeto las posturas, las ideas, las tradiciones de los demás y las leyes; y tú no eres más que un indigente intelectual, porque careces de la inteligencia necesaria. Tienes la escasez moral suficiente, en tus trabajos y actividades no predomina precisamente el uso de la inteligencia -de la que como digo careces- para simplemente hablar y dirigirte dignamente a los demás, pero además descubro ahora que también eres un indigente cultural, porque careces de cultura y de conocimiento. Lo peor que puede haber es alguien como tú, alguien que careciendo de inteligencia, de cultura y de conocimiento quiera hacernos creer que sabe de lo que habla.
Sólo dos apreciaciones en cuanto a tus defecaciones, que no lo son, si nos atenemos al significado exacto de la expresión, porque cuando pretendes “defecar” en todo lo español, lo haces por la boca, o te equivocas al hablar y no defecas, vomitas, que lo mismo daría, o tu boca es una verdadera cloaca, también en el sentido exacto de la palabra en cuanto a anatomía animal, que es lo que realmente eres, tampoco es un insulto, solo constato un hecho.
Hablando de desechos humanos, volvamos a tu demagogia barata. Nos tenéis acostumbrados tú y los que son como tú a vomitar exabruptos contra los que os dan y os damos de comer, porque tú y muchos como tú -y lo sabes- sólo sois capaces de sobrevivir gracias a las subvenciones de aquellos a los que atacáis -nosotros-, a los impuestos de los españoles. Arremetes y reniegas de todo lo español, pero no tienes huevos a renunciar a tu nacionalidad, porque se te acabaría el chollo de las subvenciones, lo que te hace un parásito social. ¡Joder, es que lo tienes todo!
Hay que ser muy sinvergüenza o muy tonto para obviar dos hechos importantes: el principal es sobre el 12 de octubre, y es asegurar que la conmemoración del Descubrimiento de América es franquista y arremeter contra ella, [...] cuando la verdad es que la introdujo en 1918 el Gobierno parlamentario de Antonio Maura y la primera celebración la realizó la II República -esa a la que defiendes con tanto ahínco-. Y fue la II República quien la llamó Fiesta de la Raza, pero el franquismo en 1958 eliminó esa denominación y la sustituyó por el Día de la Hispanidad. Ya ves que según esto no deberías odiar la fiesta, la conmemoración, en todo caso solo la denominación. ¡¿Ves cómo eres un ignorante, un indigente cultural e intelectual?! Como ves, indigente cultural, la Fiesta no es franquista, pues se remonta a la II República.
El otro hecho es decir que esta es una fiesta de conmemoración de un genocidio, cuando en realidad el comienzo de esa fiesta se retrotrae al IV Congreso de Americanistas en 1881, donde se aprobó una resolución en la que se propuso a todos los gobiernos del mundo civilizado que declarasen festivo el 12 de octubre de 1892 y construyesen estatuas y monumentos de Cristóbal Colón. ¿Lo has comprendido Guillermo? Un congreso de hispanoamericanos, de ”indígenas”, como los llamáis.
Desconocer esto y arremeter contra la Fiesta de la Hispanidad es lo que te hace ser un indigente cultural y un desecho intelectual además de un verdadero ignorante. Y lo eres porque dicen que la cultura es el conjunto de conocimientos e ideas no especializados adquiridos gracias al desarrollo de las facultades intelectuales -mediante la lectura, el estudio y el trabajo-. Y al parecer trabajo poco, lectura y estudio menos, y facultades intelectuales bastante mermadas por lo que veo, porque si leyeses o tuvieses un poco de cultura o educación te evitarías el bochorno del ridículo que haces cada vez que abres la cloaca o la boca, que en ti viene a ser lo mismo.

  

Pero sobre todo demuestras que eres un cagón, lo que viene a ser todo un cobarde. Te cagaste en la Virgen del Pilar, puede que lo hicieses no porque sea la patrona de España, de la Hispanidad, de Aragón, de Zaragoza y de decenas de pueblos de nuestro país, seguro que fue porque lo es de la Guardia Civil. Pero no te atreviste a meterte con la Institución más valorada por los españoles y lo hiciste con su patrona, con la mía, a sabiendas de que los guardias estaban de celebración ese día. Un cobarde además porque te cagas en un símbolo de devoción católico, pero no lo haces con Mahoma o con el Corán, porque sabes que si lo haces puede que alguien no sólo te recrimine tu actitud, como hago yo hoy, con una carta.
La sequía de trabajo que sufres, la falta de riego al cerebro que al parecer esta sequía te provoca y la propia inactividad que tienes hacen que tengas que esperar acontecimientos importantes para poder salir de tu caverna y ganarte tu minutito de gloria. Es de lo que vives, es la única manera de que la gente hable de ti, cagando y vomitando. ¡Triste, muy triste!
Puedes defecar o cagarte en lo que te dé la gana, entiendo que es por tu diarrea -al parecer también mental-, pero no olvides que para defecar tienes que tener después con qué limpiarte, porque de lo contrario, la mierda, aunque sea tuya, te cubre hasta las orejas y no hay nada peor que estar de mierda hasta arriba, como lo estás tú, porque eso hace que donde llegues apestes.
Te has cagado en la conquista, en los conquistadores y en los descubridores de América, pero defiendes los asesinatos y el genocidio del comunismo en todo el mundo: los de Cuba, donde vives como un verdadero rey -o más bien como un cacique, pero de los de la época del Descubrimiento-, y los de Venezuela, ejemplo como todos sabemos de la única y verdadera democracia.
Te cagas en el Ejército, en las Fuerzas Armadas españolas, en su música, pero te duermes arrullado por el sonido de los disparos del Ejército y las Policías cubana y venezolana contra los disidentes politicos en sus respectivos paises y duermes tranquilo con ese sonido. Aquí al menos es la música lo que te molesta, allí ni el repiqueteo de las pistolas, las balas y los gritos de las víctimas te despierta.
Al parecer, para ganarte a tus nuevos valedores sigues esa moda que hoy existe entre algunos gobernantes hispanoamericanos y entre los “intelectuales” de tres al cuarto que pululan por España viviendo de las subvenciones, como tú: los primeros denigran su origen y los segundos, haciéndoles el juego, arremetéis contra todo lo que suena a español.

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Cuídate Guillermo, porque tanto cagar, defecar y vomitar no es bueno, puede resecarte el cerebro -sí, más todavía-. Puede que la mierda que sueltas te cubra hasta arriba, que te ahogues en ella y te deje peor de lo que estás. De todas formas, la suerte que tienes es que lo haces en un país donde la democracia y la libertad de expresión sí que existen. Me gustaría verte haciéndolo en la Cuba de tus amores o en la Venezuela del respeto a los derechos humanos. Con tus cagadas has incurrido en algún que otro delito, míralo bien y piensa otra vez antes de cagar y de cagarla.
¿Ves como al final hemos demostrado que eres un ignorante? Lo que viene a ser un "tonto el haba", un verdadero "hijo de p***", desde el cariño que no te tengo y como definición del DRAE".

Este guardia civil respondía así al mensaje rebosante de odio hacia España y los españoles que Guillermo Toledo publicó en su muro de Facebook


 FCC, otro ejemplo de empresa española con destacada responsabilidad social en Hispanoamérica

¿Qué es la Leyenda Negra?
La Leyenda Negra es un prisma a través del cual se deforma la Historia de España. Una guerra propagandistica que atenúa las virtudes y acentúa los defectos. Hay una metodología negrolegendaria que resulta de esa visión de los hechos históricos españoles. La Leyenda Negra tiene dos características esenciales: es incesante y se va modulando, se va adaptando al contexto histórico.

¿Cuándo surge el término Leyenda Negra?
Emilia Pardo Bazán fue la primera que lo utiliza con carácter historiográfico en 1899. Blasco Ibáñez lo recoge en 1909 en unas conferencias en Argentina. Es entonces cuando se empieza a usar en la prensa, en algunos círculos al menos. Y es en 1914 cuando Juderías lo hace famoso.

¿Quién la crea?
El origen se situa en Italia, por las tropas españolas que allí guerreraron, pero cobra importancia en los Países Bajos. Tanto por el protestantismo como por la llegada de las noticias de lo que pasaba en América. Y Bartolomé de las Casas y Antonio Pérez ayudaron, obviamente, a difundir las exageraciones, mentiras y medias verdades. El salto cualitativo se da con la aparición de la imprenta, una herramienta esencial. Se unieron ideología y tecnología.

¿Y qué dice la Leyenda Negra, hacia dónde van sus críticas? 
Hay dudas sobre la conversión y de la profundidad religiosa de los españoles. Por la presencia de moros y judíos, ya sabe. Y eso que los judíos de España venían expulsados del resto Europa. Los Reyes Católicos expulsan a los judíos como antes habían sido expulsado de Francia o Inglaterra. Los judíos manejaban leyes privadas que hacían muy difícil su integración en una sociedad que pretendía homogeinizarse. La nación se forjaba en base al nervio religioso, de nuevo, como el resto de naciones europeas. Es inherente a todas sociedad de la época. En Inglaterra con los anglicanos, Holanda con protestantes, luteranos...

Otras naciones sufrieron campañas de desprestigio y no arrastran el estigma hasta hoy.
España era el imperio de la época.

Hubo otros imperios, antes y después, ¿por qué nosotros?
Porque nosotros nos lo hemos creído. Hemos asumido como cierto todo. Y otra razón: nunca nos hemos defendido. Ya lo denunció Quevedo en 1609 en un libro imprescindible para entender el problema, de nombre "España defendida" (el entrevistado busca en su libro el verso de Quevedo "que demuestra que ya a principios del XVII se daba el problema"):
¡Oh, desdichada España, revuelto he mi veces en la memoria tus antiguedades y anales, y no he hallado por qué causas seas digna de tan porfiada persecución. Sólo cuando veo que eres madre de tales hijos, me parece que ellos, porque los criaste, y los extraños porque ven que los consientes, tienen razón de decir mal de ti!

¿Existía ya en aquél momento algo parecido a una tentación localista, cierta nostalgia foral que entorpeciera el proceso de construcción nacional ?
El regionalismo nace el XIX.

¿Antes no había nada?
Nada.

¿Y 1714?
Un invento.

¿Y 1640?
Son revueltas como hay infinitas.

Se independizó Portugal.
Cataluña es algo con la llegada de los Borbones. Es justo al revés de como dicen. Felipe V es el gran benefactor de Cataluña. Sienta las bases de esa región que tenía unos problemas demográficos gravísimos.

Y se acaba con los fueros y se instauran los decretos de Nueva Planta.
Lógico. Eso lo hicieron en la Revolución Francesa en 1789. En toda nación política se tiene que acabar con los fueros, si no, no hay tal. La nación no admite privilegios.

La Iglesia

¿Cuál es el papel de la Iglesia a la hora de forjar nuestra historia, nuestra identidad y la de los pueblos hispánicos?
Fundamental. Y se lo dice un ateo. Un ateo católico.

Para muchos estudiosos, el papel de la Iglesia ha sido excesivo y casi omnipresente. Y eso explica en parte nuestra "crisis perpetua".
El tema clerical es atacado mucho desde el extranjero, es cierto. Sobre todo a raíz de la Ilustración. Voltaire fue durísimo. Hizo una asociación religiosidad-incultura que ahondó aún más en el descrédito de España. Para ellos, España no era, culturalmente, homologable al resto de Europa. La Inquisición, por ejemplo, se empieza a criticar en la Ilustración, no antes. La crítica es del XVIII. Y también opera en contra de España el mito de Europa, que considera a Europa el receptáculo de las ideas más sublimes. Y el mito de la cultura, que dice que la salvación vendrá por la cultura y no a través de la religión.

Pero la religiosidad era lo habitual en las sociedades de aquella época.
Sí, pero nuestra religiosidad era católica y el catolicismo no es racista. Por eso en América se pudieron convertir. Ahí está el indio Juan Diego, de la Virgen de Guadalupe. No se puede decir lo mismo del protestantismo. Lutero es un gran antisemita. Y Erasmo habla con tufo racista.

Todo esete enorme caudal de embustes y patrañas... ¿ha afectado a nuestra identidad nacional?
Sí.

A muchos españoles les cuesta abrazar la idea de España. Otros, directamente, reniegan de ella.
El regionalismo ocurre en todas partes. Ahora bien, la identificación de España con Castilla no ha ayudado, bien es cierto que, demográficamente, Castilla pesaba ocho veces más que Aragón.

¿No hubo Leyes que impedían el comercio con América a los aragoneses, catalanes, valencianos...?
No existían esas leyes. Eso es un mito. Los puertos estaban monopolizados por Cádiz y Sevilla, eso sí. Pero es diferente.

Antes de eso, ¿un catalán podía comerciar con América?
Si iba a Cádiz o Sevilla, por supuesto. De hecho muchos catalanes participaron en la Conquista/Evangelización de América integrados en las filas de la Iglesia. Hubo hasta virreyes catalanes. Y protagonistas vascos, a mansalva. Lo que pasa es que la vieja Corona de Aragón solía mirar más al Mediterráneo. Tenga en cuenta que a las sectas catalanistas les gusta desmarcarse de toda relación histórica común con España.


¿España ha sido diferente?
Sí, en lo siguiente (Iván Vélez, en esta respuesta, anima al entrevistador: "apunta, apunta"): España ha integrado a las sociedades con las que se encontró en América, mientras otras naciones las exterminaron. Fundamos universidades, colegios y ciudades. Los otros expoliaron. En particular Inglaterra y Holanda. En la América española los indios tienen sus apllidos, un idioma, unas leyes, un urbanismo; no así en otros imperios.

Yo me refería a otra excepcionalidad, la turbulenta, ya sabe, las guerras civiles permanentes, el poco peso del liberalismo, la preponderancia de la Iglesia, las dificultades para vertebrar la nación…
A esos autores habría que decirles, por ejemplo, que dónde está la unidad de Alemania. Es de antesde ayer. O la de Italia. Las fronteras españolas llevan siglos fijadas. Y la unión es de facto entre Isabel y Fernando pero ya venía apuntada por infinidad de matrimonios. El compromiso de Caspe es un ejemplo.

La Hispanidad

¿Qué es la Hispanidad?
Es una de las partes del mundo actual en su aspecto histórico, político y cultural. La identidad hispánica está vinculada a la lengua, al sustrato religioso y a una serie de instiruciones civiles. Pero quien quiera saber de verdad qué es la Hispanidad no tiene más que ir a una plaza de armas de una ciudad hispanoamericana, ahí están todas las instituciones: Iglesia, cabildo, ayuntmaiento, audiencia, mercado… todos los poderes. Hoy podemos decir que la Hispanidad es la lengua española.

¿Los habitantes de la Hispanidad se sienten identificados con ella?
Algunos no. La Leyenda Negra opera en contra de esa unidad cultural. Uno de los peligros que corre la Hispanidad es el avance de las iglesias evangélicas. Son de carácter disolvente. Dirigidas todas por EEUU. Volvemos al papel de la religión a la hora de forjar la identidad nacional española y la posterior Hispanidad: su aportación ha sido determinante y su impronta indudable. España fue un imperio doblemente católico: católico por lo religioso y católico por universal.

¿Y no puede ser que esa identificación tan estrecha entre Iglesia y nación sea una de las causas del desapego de las izquierdas a la idea de España?
Las izquierdas en España, excepto la liberal, son anticlericales. No ateas, son anticlericales. Quieren quemar al cura, no negar la posibilidad de Dios.

¿De ese anticlericalismo viene el antiespañolismo?
Es un factor importantísimo, desde luego.

El nacionalcatolicismo fusionó los dos ejes argumentales en un solo movimiento.
Claro, Franco acaba por confirmar la sospecha.

¿Cuándo se produce ese divorcio entre las izquierdas y la idea de España?
Durante el Regimen se produjo mucha desafección. Casi todos los movimientos disgregadores se larvan en el Franquismo.

¿Se celebra la Hispanidad en Hispanoamérica?
Cada vez menos. Por el indigenismo.

Indigenismo, otra vez la izquierda...
La izquierda y, paradójicamente, la Iglesia. La teoría de la liberación, ya sabe. El indigenismo es el mito del buen salvaje.

¿El mundo anglosajón está devorando la Hispanidad?
Sí.

¿Es enemigo de la Hispanidad?
Es rival y tiene otra identidad.

Puerto Rico y Cuba son dos bationes de la Hispanidad que están a punto de ser fagocitadas por los EEUU. ¿Existe un desprestigio de lo hispano?, ¿del idioma incluso? Ya conoce el fenómeno del spanglish y cómo las segundas generaciones de inmigrantes pierden, por lo general, el español. Un idioma, el nuestro, por cierto, sin predicamento alguno en áreas tan fundamentales hoy en día como lo tecnológico o lo científico. ¿Estamos siendo fagocitdados por una identidad global anglosajona?
Es difícil decirlo en una totalidad. Por ejemplo, en México, no existe nada en inglés. En México no hay señales de stop, hay "pare". El papanatismo anglófilo está más presente en España que en muchos paíes americanos. Se defiende más el idioma allí que aquí.

Ellos también tienen problemas para afirmar su identida hispánica.
México es un ejemplo calrísimo. Existe una ambivalencia brutal. Conviven la hispanofilia y la hispanofobia. Por ejemplo, en Bolivia, el núcleo del indigenismo es la hispanofobia, además de un componente racista que, por cierto, puede acabar con Bolivia. El gran enemigo no es la anglofilia, que también, es el indigenismo.

En 1992, durante el Quinto centenario, se acuñó un término nuevo: "encuentro".
Nada de "encuentro" entre culturas. Lo que se produjo el 12 de Octubre de 1492 no fue ningún encuentro, fue un Descubrimiento.

¿Por qué Descubrimiento y no encuentro?
Porque en América no había un grupo ni una civilización, había cientos. El mito es creer que existía “el indígena”. Y no. En el actual México había grupos enfrentados a muerte, un mosaico de sociedades políticas en distintos grados de desarrollo. De arcadia nada.

Bueno, entonces se produce el encuentro entre una cultura y muchas culturas.
Eso sí.

Luego hubo un encuentro.
No, hubo un Descubrimiento.

Es una postura etnocéntrica. Dice usted que los españoles llegamos allí y descubrimos a una gente… pero esa gente ya existía.
Ellos no sabían ni que existía América.

¿Quién?
Los que estaban allí.

Ni nosotros. Cólon creyó que llegaba al Japón.
Nosotros sí, hicimos cartografía y enseguida se fue aclarando dónde estábamos. Es absurdo hablar de encuentro.

¿Por qué?
Porque España tenía unas instituciones con unos objetivos y se encuentra

¿Se encuentra?
Tropieza. Tropieza con unas sociedades que no ignoró y a las que tuvo que ir integrando. Era un imperio civilizador. Creaba ciudadanos, los asimilaba; así lo ordenó Isabel la Católica. Porque había un modelo, un ortograma imperial según el cual toda sociedad con la que se fueran topando había que convertirla e integrarla.

¿Y esa influencia no se produjo bidireccionalmente?
No.

Nos trajimos de allí productos, palabras...
Sí, pero el español que iba allí no hablaba náhuatl y los de allí sí hablaron español. Hubo una enorme desproporción de influencias. España pudo (subraya pudo) llegar a las costas de Veracruz, donde estaba el imperio Azteca. Lo que es imposible es que Moctezuma hubiera podido llegar a España. Imposible. Por muchos motivos: tecnológicos, ideológicos, teológicos... de todo tipo. Sólo una de las civilizaciones tenía la capacidad de descubrir a la otra. 


viernes, 25 de septiembre de 2015

INGLESES Y NORTEAMERICANOS, LOS ASESINOS MAS DESPIADADOS DE AMÉRICA



Los españoles cometieron tropelías en la conquista de América, pero en el caso de los ingleses la mortandad podría calificarse de matanza, sin más consideración o interpretación.

 Foto: Británicos y estadounidenses se las han ingeniado para fingir que la colonización de América no fue una matanza.

 Británicos y estadounidenses se las han ingeniado para fingir que la colonización de América no fue una matanza.
PERO LO FUE Y DE LAS PEORES MATANZAS DE LA HISTORIA


Entre los siglos XVI, XVII y XVIII, la crueldad llegó a niveles de holocausto con la apocalíptica acción de los ingleses en sus áreas de influencia. Los malos parecían siempre los mismos, pues el aparato de propaganda de los destinatarios de la Leyenda Negra estaba muy bien resuelto y el eco de la caja de resonancia de los anglos funcionaba a pleno rendimiento. Por contra, los receptores de las invectivas, los españoles, éramos más proclives al reparto de cera que a una esmerada dedicación a los medios.
Antes de la llegada de los ingleses a América, existían civilizaciones bien estructuradas forjadas durante siglos en algunos casos
El sambenito de los desatinos que se le imputan malévolamente (aunque no carentes de fundamento) a la Conquista Española no lo redime el “y tú más”, obviamente, pero sí es necesario destacar que nuestros detractores no eran solamente inocentes querubines, sino que hacían horas extras por mejorar las estadísticas (lamentables en todo conflicto entre humanos) que nosotros causamos en acciones que por estar enmarcadas en conductas menos civilizadas por la época en que se desarrollaron, no restaban inhumanidad a aquellos actos obligados por la dinámica de conquista, sin atenuar por ello el horror que conllevaron a sus habitantes autóctonos. Las almas despachadas en aquel larguísimo episodio, por su número casi incontable, llegarían a colapsar los sistemas contables de la época.
En el caso de la Conquista Española, la mortandad se asoció más a las enfermedades transmisibles –viruela, sarampión, gripe, tifus, peste bubónica y otras enfermedades infecciosas endémicas en Europa–, que tuvieron un papel decisivo al diezmar a los desprevenidos locales; el ardor guerrero contribuyó lo suyo también. En el caso de los ingleses la mortandad podría calificarse de matanza, sin más consideración o interpretación. El abundamiento de datos certificaría este hecho, pero lo dejaría reducido a las frías miserias de la estadística.
 Las dos naves de James Cook en su segundo viaje al Pacífico.
Las dos naves de James Cook en su segundo viaje al Pacífico.


Una forma de crueldad inusual
Antes de la llegada de los ingleses a América, existían civilizaciones bien estructuradas forjadas durante siglos en algunos casos. Para ellos, los habitantes de dichas civilizaciones no tenían la consideración de humanos. El colono anglosajón mostró una forma de crueldad inusual fuera de los campos de batalla y en ello, aunque aquí, en caliente, entran atenuantes obvios. Los pueblos sometidos fueron meros espectadores de las masacres cometidas en los actuales Estados Unidos, Caribe, África y Australia, por mencionar algunas latitudes al azar. Mientras los españoles intentaban convertir a los autóctonos al catolicismo, a veces con métodos algo expeditivos, y los portugueses, más mercantiles, trataban de controlar los puertos de Brasil y la costa oeste de África e India para así potenciar su fabulosa red comercial, los ingleses entendían que los indígenas de América debían ser literalmente exterminados  –como así ocurrió en sus zonas de actuación–, para de esta manera repoblar el continente con ingleses de pura cepa. Y no vale decir que eran presidiarios desalmados o disidentes recalcitrantes frente a la monopolista fe anglicana, no; avezados exploradores como Rourke, Cook, y, antes que ellos, el inefable Drake, postulaban el exterminio en masa de los lugareños que asistían sorprendidos a la total subversión de la hospitalidad por aquellos energúmenos adecentados con uniformes de lujosa botonadura. Era la educada Inglaterra la que se oponía al mestizaje con los subhumanos.
El caso de Australia y de los EEUU es un ejemplo sangrante de lo que sin rubor se puede llamar perfectamente un genocidio
El abuso e imposición arbitrarias de una Inglaterra exultante ante sus conquistas (no existían entre ellos un Fray Bartolomé de las Casas ni la más mínima norma que se pareciera a las Leyes de Indias) permitiría el salvaje saqueo, el expolio y el apalizamiento a millones de “indios” o aborígenes por parte de una cultura que a sí misma se llamaba civilizada. En lo económico y político, los beneficios soslayaron cualquier atisbo de humanidad, dejando a los intereses indígenas totalmente condenados a la muerte en guerras asimétricas, a la inanición en la mayoría de los casos y a la esclavitud flagrante y rampante.
El caso de Australia y de los EEUU es un ejemplo sangrante de lo que sin rubor se puede llamar perfectamente un genocidio. En menos de un siglo en la costa este bajo la influencia colonial inglesa no quedaban autóctonos para contarlo salvo los que servían de diversión en los circos, y por supuesto, ni qué decir de la ola aniquiladora posterior de sus pupilos que no dejaron títere con cabeza hasta llegar al Pacífico en California.
En la India, tras más de dos siglos de dominación británica, la esclavitud era generalizada y no se les permitía a los locales competir con productos propios en los mercados internacionales, hasta que llegó Gandhi con su rueca.
 Sir Francis Drake
                          EL PIRATA  Francis Drake

En Australia se les fue la mano totalmente. De más de 900.000 aborígenes contabilizados por su propia Sociedad Geográfica, algo más de 30.000 escaparon a aquel Apocalipsis de destrucción sistemática y, probablemente, planificada. Estos aborígenes llevaban en Australia aproximadamente 60.000 años cuando los primeros ingleses les hicieron notar su avanzada civilización, era el año 1770 y el infierno abría sus fauces.
Los ingleses declararon a Australia como terra nullius, es decir, sin habitantes humanos, de tal manera podrían así justificar el despojo de las tierras indígenas y el saqueo del continente. Tras arrebatarles las tierras fértiles, arrojaron a los aborígenes a las zonas áridas del interior donde morían como chinches. Enfermedades desconocidas arrasaron aquel último reducto del paraíso en la tierra, en un siglo exacto desde aquel terrible desembarco de los pulcros y puritanos anglos.
Sus hazañas africanas despojaron de su nombre, identidad, dignidad y libertad a millones de esclavos procedentes de los puertos de Senegal y Guinea hacia las plantaciones del Caribe, Norteamérica y Sudamérica. Los infernales viajes donde una multitud de seres castrados de los más elementales derechos de existencia, encadenados entre sí, sin espacio para moverse, viajando durante meses, mareados hasta la extenuación, rodeados de vómitos, entre los alaridos de las mujeres y los lamentos de los agonizantes, generaban escenas de horror inconcebibles. Se calcula que uno de cada tres sobrevivía a esta travesía. Estas acciones de inhumanidad flagrante eran la obra de los que imputaban a España la famosa Leyenda Negra.

El pasado es inevitable
Es probable que bastantes de nosotros podamos sentir vergüenza sobre algunos aspectos de nuestra conquista allende los mares. La esclavitud en Potosí, la explotación en las encomiendas, el asesinato de Atahualpa por Pizarro, los efectos colaterales de las enfermedades transmisibles, etc; pero al menos teníamos unas claras y bastantes expeditivas leyes moderadoras. Pudo ser de otra manera, pero no fue así. El pasado es inevitable al tiempo que es una enseñanza.
Tradicionalmente, los historiadores más minimalistas cifran la población precolombina en unos 12.000.000 aborígenes
Mientras las campañas de propaganda bien orquestadas y engrasadas por nuestros adversarios tenían un efecto multiplicador, nosotros usábamos la imprenta para propagar la palabra del Señor que, a la hora de la verdad, estuvo un poco flojo de asistencia en los momentos críticos.
Henry Kamen, excelente hispanista, en su extraordinario libro 'Imperio', escora en mi opinión en una apreciación quizás algo exagerada, pues habla del genocidio demográfico más grande de la historia documentada (un 90% de mortalidad en los 150 años posteriores al desembarco de Colón). Tradicionalmente, los historiadores más minimalistas cifran la población precolombina –Henry Dobbyns– en unos 12.000.000 aborígenes (los maximalistas hablan de 50.000.000 en todo el continente). La mortalidad posterior por la acción de la guerra de exterminio y la cruel viruela, y las no menos agresivas venéreas, dejó los territorios del norte de América hollados por los ingleses en una tabula rasa sin contar con el énfasis expansivo posterior de sus pupilos tras la independencia.
Parafraseando a Mae West, a la Inglaterra de entonces se le podría adjudicar aquella famosa frase dicha por esta dicharachera fémina con un daikiri en la mano y media docena en el estómago: "He perdido mi reputación. Pero no la echo en falta".