viernes, 28 de junio de 2013

Rubalcaba: El cerebro de la deseducación  en la España de los últimos 25 años

Se le recuerda, sobre todo, por haber sido el émulo del tenebroso Fouché del aparato policial, y su función de escabel –en la sombra– para que Zapatero pudiera llegar al poder tras el 11-M. Se le recuerda por haberse convertido en el alter ego del zapaterismo, inmolándose por el Partido en el periodo más bochornoso del socialismo español. Y por no haber ofrecido ninguna explicación sobre el caso Faisán, por el chivatazo a ETA. Se le recuerda, en fin, por los escándalos de corrupción y guerra sucia: era el portavos de González, que tenía que dar la cara cuando los casos GAL, Roldán, los fondos reservados o Filesa.
Pero este histórico de la vieja guardia, que lleva en el PSOE desde el año de Suresnes (1974), ha tenido un papel de mucho más calado, aunque menos ruidoso y evidente, como factor de la crisis que atraviesa España.
Doctor en Química, hombre procedente de la Universidad, Alfredo Pérez Rubalcaba (Solares, Cantabria, 1951) ha sido el responsable último de la mayor transformación que ha sufrido el país en las últimas décadas: la de las cabezas de los jóvenes escolares.
Cuando la izquierda conquistó el poder, en 1982, por primera vez desde la II República, tenía claro que sólo podía aspirar a conservarlo, controlando el poder judicial por un lado, y haciéndose con el timón de la educación por otro. De lo primero se encargaron con la Ley Orgánica del Poder Judicial. De lo segundo, poniendo en marcha una serie de leyes escolares que equivalía a sustituir los conocimientos por consignas ideológicas. Esas leyes se han convertido en manos de los socialistas en una máquina de practicar ingeniería social, con la que han podido disponer a su antojo de las cabecitas de los españoles.
La labor que inició el ministerio de José María Maravall, en los años 80, fue culminada por Rubalcaba en los 90. Primero con la LODE, después la LOGSE, la educación pasó a estar politizada, con el caballo de Troya de los consejos escolares. El colofón, ya en el nuevo siglo, y con el zapaterismo sería la LOE, que incluía Educación para la Ciudadanía, una asignatura que tal y como el PSOE la planteaba suponía romper con la neutralidad ideológica del Estado entrando como un elefante en una cacharrería en una esfera que no le correspondía: el derecho de los padres.
Los informes PISA han demostrado que esas leyes no sólo han operado como gigantescos sistemas de manipulación, sino que se han saldado en fracaso escolar, en que más del 30% de los alumnos no consigan terminar los estudios obligatorios; y en que los jóvenes españoles sean los peores preparados de todos los países de la OCDE. Lo que combinado con una cifras de desempleo del 50% condena a la juventud a un callejón sin salida.
Todo ello es atribuible, en buena medida, a Rubalcaba, que –no se olvide– ocupó su primer cargo público como director general de Enseñanza Universitaria en 1985. Después, ocupó la Secretaría General de Educación y en 1992 se convirtió en ministro del ramo.
El fue quien promovió la Ley de Reforma Universitaria (LRU), la Ley Orgánica de Ordenación del Sistema Educativo (LOSE) y la Ley de Ordenación General del Sistema Educativo (LOGSE) En 1996 sumó al Ministerio de Educación el cargo de ministro de la Presidencia y el de portavoz del Gobierno. Es decir, escaló al número dos del Gobierno, con Felipe González, pero no soltó la cartera de Educación.
Los socialistas contaron con un equipo de ideológicos y especialistas en educación para culminar su proyecto de ingeniería social. Desde el sociólogo Mariano Fernández Enguita hasta Álvaro Marchesi (que fue secretario de Estado de Educación), pasando por Alejandro Tiana (secretario general de Educación con Zapatero). Pero no hay que olvidar que el gran muñidor fue Rubalcaba.
El actual líder del PSOE ha sido el cancerbero del Partido, primero mediante la Policía educativa (la Logse); y luego administrando el ventilador de la mierda (la Policía Judicial). Y sin dejar huellas, que para eso es químico, como recordaba en una columna un histórico del PSOE, Pablo Castellano.n