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domingo, 29 de septiembre de 2013
DEFENSA DE LA HISPANIDAD. EL DÍA 12 DE OCTUBRE
LA EVA MITOCONDRIAL. ¿NUESTRA PRIMERA MADRE?
La fecha en que vivió «Eva» se encoge
Los evolucionistas no dicen, ni puede asegurarse, que esta evidencia prueba que sólo había uan mujer viva en un punto del pasado. Los que sostienen la teoría de «Eva» ciertamente insisten que todos los humanos modernos descienden sin duda de una mujer. Sin embargo, ellos creen que había otras mujeres presentes en ese tiempo, y que cualquiera de estas mujeres pudo haber contribuido con información de ADN a nuestra presente partida de genes de la humanidad. ¿Cómo se da esta aparente contradicción?
La respuesta está en el hecho que mientras todos nosotros heredamos el usual complemento de ADN (nuclear) de nuestra madre y nuestro padre, sólo heredamos ADN mitocondrial (ADNmt) de nuestra madre. Piense en un apellido, sólo que relacionado al sexo opuesto. En nuestra sociedad, heredamos el apellido sólo de nuestro padre. Un apellido se puede «extinguir» sin implicar que toda la gente de esa línea se haya muerto — todo lo que se requiere es que sólo haya descendientes mujeres en una línea.
De la misma manera, si una línea de descendencia en una población humana sólo tiene hombres en algún punto, entonces esa línea «se muere» en lo que respecta a su «firma mitocondrial» — p.e., el ADN nuclear sigue siendo pasado, pero no el ADNmt. Para que se entienda más fácilmente, volvamos a la analogía del apellido (luego se sustituyen simplemente mujeres por hombres). Imagine que una isla es colonizada por cuatro parejas, cada una con los nombres Harry y Sally, pero con cuatro apellidos diferentes: Smith, Jones, Brown y White. En el debido tiempo la población crece, con cada generación casándose sólo con los otros apellidos disponibles. Es sencillo elaborar una simple simulación de computador para mostrar que tan fácil puede «morir» un apellido — con una línea terminando sólo en hijas. Al tiempo, toda la gente en la isla podría terminar con un solo apellido — digamos Smith. (De hecho, eso es lo que pasó en Pitcairn Island, habitada por los descendientes de los amotinados Bounty — todos terminaron con el mismo apellido después de unas generaciones.) Esto sólo es probable donde hay un núemro pequeño de apellidos para iniciar, p.e., una población original pequeña; si el número de apellidos es muy largo, se hace muy improbable que se llegue hasta uno.
En un sentido se podría decir que «Harry Smith» es el «padre de todos en la isla». Pero eso no implica que Harry Jones, por ejemplo, no es el ancestro de ninguno de ellos. Harry Jones pudo haber contribuido con ADN nuclear a cualquiera de los isleños de hoy, sin ser su «ancestro de apellido».
Digamos que usted estrá investigando esa isla en particular, sin el beneficio de algún registro escrito. Usted nota que toda la gente en la isla es de apellido Smith. Eso puede ocurrir por dos razones:
- Porque en realidad sólo había una pareja que colonizó la isla en el principio, de apellido «Smith», o
- Sólo había un pequeño número de apellidos en la isla al comienzo, y los otros apellidos se extinguieron.
- Sólo había una pareja en el principio — p.e, la Eva mitocondrial podría ser la Eva real (bíblica), o:
- Todos los humanos modernos descienden de sólo una pequeña población existente en un tiempo. Las otras «líneas mitocondriales» (de otras mujeres viviendo junto a la que cuyo «apellido» mitocondrial se encuentra en todas las poblaciones hoy) se han extinguido cuando quiera que una línea no hubiera tenido descendencia femenina. La «Eva Mitocondrial» es la única de la población original en cuya descendencia siempre ha habido descendientes femeninas en cada generación. Cualquiera de las otras mujeres viviendo junto a ella pudieron haber contribuido con ADN nuclear a las poblaciones de hoy, por medio de sus hijos.
¿Cuándo vivió «Eva»?
Los evolucionistas, conscientes de la forma en que el descubrimiento de la Eva mitocondrial podría ser visto como vindicador de la Biblia, lo han negado diciendo que su «Eva» vivió hace mucho más tiempo que la Eva bíblica. ¿Cómo lo calculan? La respuesta tiene que ver con el porqué se llegó a este escenario en primer lugar. Se sabe que el ADNmt es más transparente a la selección que el ADN nuclear. En otras palabras, hay muchos lugares donde una «letra» genética puede ser reemplazada por otra a causa de un «error de copia» mutacional sin causar problemas al organismo. Comparaciones entre varios grupos de personas vivas hoy se pueden hacer sobre la base del número de letras que son «diferentes», habiendo sido sustituidas por mutación. Los humanos modernos estaban mucho más cerca de los otros de lo que la teoría de la evolución estándar había predicho, por consiguiente de la teoría desde-el-África.Los evolucionistas han adivinado cuándo vivió su Eva mitocondrial vía la idea del «reloj molecular» — p.e., que hay un rango más o menos fijo de sustituciones mutacionales por año en una población. ¿Cómo saben cuál es ese rango — en otras palabras, cómo se calibra ese «reloj molecular»? Usando asunciones evolucionistas acerca del tiempo de los eventos, basadas en su interpretación del registro fósil. Por ejemplo, si se cree que los humanos y los babuinos, compartieron un ancestro común por últma vez hace «x» años, y si el número de diferencias entre el ADNmt del babuino y el humano es y, entonces el rango de sustitución por año es y/x. De esta manera, los estimados de cuándo vivió «Eva» han variado desde tan bajo como 70,000 a 800,000 años atrás, más comúnmente en el rango de 200–250,000 años.
Se ha dicho recientemente que los Neandertales no eran ancestros humanos directos, sino una especie diferente. Esta afirmación ha sido hecha sobre la base del número de diferencias sustitucionales en una tira de ADNmt entre la única extraída del único Neandertal estudiado alguna vez y el promedio de las poblaciones de hoy. En un modelo bíblico consistente, no habrían «proto-humanos» teniendo música, joyas, trueque, vestido, refugio, sofisticadas armas de caza y similares. «Si él/ella actúa en tantas maneras como humano, él/ella es un humano» — y por tanto descendiente de Adán. Los Neandertales (algunos de cuyos rasgos físicos se pueden encontrar en algunas poblaciones europeas) no eran una especie diferente (o una raza sin espíritu no-descendiente de Adán, como proclaman los Rossistas) sino humanos del post-diluvio, representando un subgrupo de la partida original de genes que se rompió en Babel.
Los creacionistas han respondido correctamente a la «edad» de Eva y a las aseveraciones sobre los Neandertales diciendo que las calibraciones del reloj molecular están muy equivocadas.2 Puesto que, por ejemplo, la (verdadera) Eva de los creacionistas vivió sólo unos miles de años atrás, las sustituciones mutacionales en el ADNmt debieron haber ocurrido más rápido que el rango asumido por los evolucionistas para datar.
EL ADN MITOCONDRIAL:
Las migraciones humanas segun el adn:
Buenas Noticias
De hecho, un número de estudios recientes en poblaciones vivas ha dado resultados que indican un rango mucho más alto de mutación en el ADNmt humano.3,4Aunque no todos los estudios a la fecha han dado el mismo rango alto, por lo menos dos estudios, que miran directamente a sustituciones que ocurren hoy, han encontrado rangos hasta 20 veces más altos que de los previamente asumidos.(5) Estudios en los huesos del último Zar de Rusia también mostraron que él, junto con el 10–20 % de la población, en realidad tuvierton por lo menos 2 tipos de ADNmt, una condición llamada «heteroplasmia», también causada por mutaciones.3 Esto, también, acaba con las calibraciones del «reloj molecular».
De acuerdo a una revisión de los datos, estos resultados recientes indicarían que la Eva mitocondrial «vivió hace 6500 años — una cifra claramente incompatible con las actuales teorías de los orígenes humanos. Aún si el último ancestro mitocondrial común es más joven que el último ancestro común real, permanece enigmático cómo surgieron la conocida distribución de poblaciones humanas y la partida de genes en los últimos miles de años.»4
La revisión de las «Noticias de Investigación» de la revista Science va aún más allá acerca de la fecha de Eva, diciendo que «usando el nuevo reloj, apenas tendría unos 6000 años de edad.» El artículo dice acerca de uno de los equipos de científicos (el equipo Parsons5) que «estudios evolucionistas les indujeron a esperar cerca de una mutación en 600 generaciones… se “asombraron” al encontrar 10 cambios de bases-pares, que les daba el rango de una mutación cada 40 generaciones.»4
Los evolucionistas han tratado de evadir la fuerza de estos resultados respondiendo que el alto rango de mutación sólo ocurre en ciertos trozos de ADN llamados «puntos calientes» y/o que el alto rango (observado) causa mutaciones en reversa que «borran» los efectos de este alto rango. Por lo tanto, convenientemente, el rango es asumido alto durante un corto periodo de tiempo, pero efectivamente bajo durante un periodo largo de tiempo. Sin embargo, esta es una petición especial para salirse de la dificultad, y la carga de prueba está en que los evolucionistas sostengan las vastas edades para «Eva» delante de estos documentados rangos de mutación modernos. Estos son sin duda resultados alentadores para los creacionistas. En resumen:
- Los hallazgos de la Eva mitocondrial estaban, en primera instancia, en línea con las expectativas basadas en la biblia; aunque no probaban la Eva bíblica, eran consistentes con su realidad, y no habían sido predichas por la teoría de la evolución.
- Las fechas asignadas a la Eva mitocondrial según los evolucionistas descartaban la Eva bíblica. Pero estas fechas se basaban en asunciones del «reloj molecular», que eran calibradas por creencias evolucionistas acerca de cuándo ocurrieron ciertos eventos evolutivos, supuestamente hace millones de años atrás.
- Cuando estos rangos asumidos se confrontaron con el mundo real, los resultados preliminares indicaron que el «reloj molecular» mitocondrial está corriendo a un rango mucho más rápido de lo que los evolucionistas creían posible. Si esto es correcto, significa que la Eva mitocondrial vivió hace de 6,000 a 6,500 años atrás, justo en el momento de la «madre de todos los vivientes» (Génesis 3:20).
- Estos hallazgos de tiempo real también debilitan seriamente el caso del ADN mitocondrial que argumentaba (erróneamente) que los Neandertales no eran verdaderos humanos.
EL ADAN respecto al gen Y
Lo mismo ocurre con el cromosoma Y. Es el cromosoma del sexo masculino.
Sólo la tiene el sexo masculino y, por tanto, sólo lo transmite el
padre. Funciona igual que el apellido.
Si en una tribu hay treinta genes Y (Y1, Y2,...Y30) y en un momento, por
eso del azar, un hombre (Y17) sólo deja descendientes femeninos, el
cromosoma Y17 desaparece. Si después, por la misma razón, desaparece el
Y1, después el Y2,.... Al final sólo queda un Y. Ese es el Adán de
cromosoma Y. Eso ha pasado realmente, toda la humanidad tenemos un
cromosoma Y que sería idéntico sino hubiera sido por mutaciones
ocurridas desde ese primer Adán. Creo que interesante insistir en que
eso no ha disminuido el acervo genético. No hay nada especial el el gen Y
que ha sobrevivido.
LA EVA MITOCONDRIAL
Si hacemos el razonamiento con las mitocondrias, que sólo se heredan de
la madre, veremos algo parecido. Pensemos en la tribu, en la que hay
treinta mitocondrias diferentes (M1, M2, M3,...M30). En un momento
determinado la mujer M17 sólo deja varones. El M17 desaparece.
Desaparece el M17 no el código genético nuclear que se transmite tanto
de hembras como de varones.
Vamos a representarlo gráficamente para comprobar como toda la población puede provenir de una única hembra y un único macho separados por varias generaciones:
En este primer gráfico, únicamente hemos considerado la ascendencia
materna. Cada una de las hembras de la primera generación se ha
coloreado de forma diferente, para expresar que un macho o una hembra
azules en la segunda generación serán hijos de la hembra azul, mientras
que todos los machos y hembras amarillos serán hijos de la hembra
amarilla. La línea paterna se ignora. Como puede observarse, la hembra
rosa y la hembra morada solo tienen hijos, por lo que su línea materna
se acaba en la primera generación. Dicho de otra forma, no hay
mitocondrias rosas o moradas en la segunda generación.
Podemos ver cómo, a lo largo de las generaciones, hembras de
distintos colores tienen hijos e hijas, pero en algún momento no dejan
descendencia femenina, acabándose también su línea materna. En la última
generación, todos los individuos proceden de la misma hembra (la de
color rojo), mientras que el resto de líneas maternas se han extinguido.
Vemos así, muy claramente, cómo hay varias líneas maternas a lo largo
de la historia, hasta la generación penúltima, donde solo quedan hembras
rojas. Podemos decir entonces que tota la generación actual proviene de
una sola hembra que vivió seis generaciones atrás. Sin embargo, no
podemos decir lo mismo del padre, dado que a lo largo de las
generaciones han contribuido padres de distintas líneas; por ejemplo,
podríamos tener participación de padres azules, rosas verdes o a
amarillos.
Esto se debe a que la aportación paterna no va pareja, y podemos
verlo en este otro gráfico donde se ha considerado solamente la otra
línea. Nótese que aquí solo podemos hablar de los varones, dado que
estamos utilizando como marcador la parte no homóloga del cromosoma Y,
inexistente en las hembras.
.
En este otro gráfico únicamente se ha considerado la línea paterna,
asumiendo monogamia y desarrollando los cruces del gráfico anterior.
Nótese que únicamente se representan a los varones, dado que el
cromosoma Y no es heredado por las hembras. Por ello, y a diferencia del
caso anterior, podemos decir que todos los varones provienen de un
único macho (Adán cromosomal-Y) que vivió una generación después de la
Eva mitocondrial, y que ni siquiera estaba emparentado con ella.
Es importante señalar que en este ejemplo, sabemos con exactitud los
cruzamientos, mientras que en la realidad nos basamos en estimaciones de
relojes moleculares que, lógicamente, no pueden obtener la misma
precisión ni por asomo. Sin embargo, el fundamento del ancestro común
más reciente es igualmente válido.
Observaciones
Con mucho tiempo, al final siempre habrá una sola EVA y un solo ADAN,
pero para que lo explicado se produzca en un tiempo razonable es
necesario que el número de mitocondrias diferentes sea pequeño y la
población total pequeña. Y eso es lo que parece que ocurrió a la
humanidad; en un momento indeterminado hubo una enorme contracción de
población, algunos cálculos dan entre 10 000 y 100 000 personas. Y eso
permitió la aparición de la EVA y del ADAN.
Es decir, la EVA mitocondrial no sólo dice que todos los humanos tenemos
un ancestro común femenino común y el ADAN gen Y, nos dice que tenemos
otro masculino; sino que también nos dice que no hace muchos años toda
la humanidad tenía un número de individuos muy pequeño. Esto confirma la
igualdad esencial de todos los seres humanos aunque ni EVA tenía nada
de especial ni ADAN tampoco. Incluso ni EVA conoció a ADAN, ni vivieron
en la misma época.
Pero si seguimos investigando o al menos tratamos de informarnos, en cada uno de nuestros billones de células existen numerosos orgánulos
que se encargan de asegurar el transporte de energía. Son las
mitocondrias, responsables de nuestro metabolismo, y que a partir de los
años 60 se descubrieron como mucho más importantes aún de lo que se
creía. Ello se debe a que estos pequeños órganos contienen ADN, que
anteriormente se creía que existía únicamente en el núcleo celular. El
ADN mitocondrial, a diferencia del nuclear, no se mezcla en la
reproducción. Es decir, las mitocondrias se clonan, más que
reproducirse; todas las mitocondrias que tenemos cada uno provienen de
una sola mitocondria, que heredamos de nuestra madre a través de su
óvulo que fue fecundado. El linaje de ese ADN, que es mucho más pequeño
que el del núcleo de las células, se transmite por lo tanto por vía
materna.
Hace unos años, un investigador norteamericano, Dough Wallace, que
estudiaba una enfermedad hereditaria bastante rara, llamada neuropatía
óptica hereditaria de Leber, descubrió que esta enfermedad se
transmitía de madres a hijos, siempre, pero que no estaba ligada a los
cromosomas sexuales, el par número 23 compuesto por un cromosoma de tipo
X y uno de tipo Y en los hombres y dos X en las mujeres. Era
precisamente el ADN mitocondrial el responsable de transmitir la
enfermedad. A partir de este estudio se comprendió la importancia de la
información que contenía este orgánulo. Y cómo podría ser empleado como
un marcador para estudiar la evolución humana.
Dado que el ADN mitocondrial se replica, los cambios que se dan en la
molécula se deben solamente a errores en la transcripción, variaciones
aleatorias de algunas de las bases que componen la molécula. El ritmo de
estas variaciones, se puede considerar fijo. Si analizamos esta
molécula en una población, las diferentes variaciones en ella entre
individuos indican cuánto se aleja en el tiempo el antepasado común. A
partir de este análisis, y con numerosas muestras de ADN mitocondrial,
los investigadores han llegado a trazar la existencia es esa antepasada
común de todas nuestras mitocondrias: esa mujer que, con cierta ironía,
llamaron Eva.
Una historia masculina
De manera análoga, existe otro material genético en los humanos que pasa
de padres a hijos: es el contenido en el cromosoma Y, que no existe en
las mujeres. En gran medida, este cromosoma tampoco cambia sino con un
ritmo lento: pequeñas alteraciones que van acentuando, a lo largo de las
generaciones, la diferencia entre los cromosomas Y de todos los varones
humanos.
Curiosamente, el antecesor de todos los varones es mucho más moderno que
la de todas las mujeres humanas: 59.000 años es la edad que trazan los
sistemas de análisis genético. Esta distancia en el tiempo puede parecer
paradójica, especialmente porque, siguiendo la costumbre que se había
creado al hablar de la Eva mitocondrial, a este antecesor se le llamó
Adán. Aunque nunca se conocieron, nuestros genes trazan la historia
humana a partir de estas dos personas.
La paradoja se resuelve si entendemos que el material genético humano es
mucho más que el cromosoma Y y el AND mitocondrial: son los 23 pares,
en esa compleja distribución que se realiza en la reproducción humana,
los que aseguran que pertenecemos a la misma especie. Cada gen, dentro
de cada cromosoma, de hecho, marca un linaje más o menos antiguo: una
historia diferente que, con las técnicas de análisis genético, pero sin
olvidar los yacimientos paleontológicos y arqueológicos, permitirán en
el futuro conocer mejor nuestros orígenes.
SEPARADO: Y LAS 10 TRIBUS DE EUROPA
El trabajo dirigido por la profesora Semino ha utilizado técnicas
similares para analizar el linaje europeo. Esos diez europeos que
estadísticamente permiten entender las variaciones entre los cromosomas Y
de los varones que habitamos la antigua Europa. El poder de estas
técnicas de análisis permite fijar en el tiempo los principales procesos
migratorios que ha sufrido nuestro continente: un poblamiento
paleolítico, de hace unos 40.000 años, al que se sucedieron otros
posteriores, todos viniendo del Oriente Próximo: el correspondiente al
periodo Gravetiense, de hace unos 22.000 años y el neolítico, de hombres
que trajeron consigo las técnicas de la agricultura, mas reciente, hace
unos 9.000 años.
Aunque estos resultados parecen confirmar las hipótesis arqueológicas
sobre la población reciente de Europa, queda todavía mucho por saber,
especialmente de los primeros momentos del poblamiento de homínidos. Las
nuevas técnicas de análisis genético, aparte de su uso forense para
identificar paternidades o autorías de delitos, prometen ofrecernos
interesantes pistas que Sherlock Holmes nunca habría soñado con tener.
Referencias
- Digo «casi con seguridad» para cubrir la afirmación de que ella pudo haber sido parte de la pequeña población post-Diluvio, aunque yo no esperaría suficiente divergencia en el ADNmt en el pequeño número de generaciones entre la creación y el diluvio.
- Lubenow, M.L., 1998. Recovery of Neandertal mtDNA: an evaluatio. CEN Tech. J. 12(1): 87–97.
- Loewe, L and Scherer, S. «Mitochondrial Eve: the plot thickens.» Trends in Ecologhttp://creation.com/administrator/index.php?option=com_content§ionid=9&task=edit&cid[]=5858#y and Evolution, 12(11): 422–423, Noviembre 1997. .
- Gibbons, A. «Calibrating the Mitochondrial Clock». Science 279(5347): 28–29, Enero 2, 1998.
- Parsons, T.J. et al. «A high observed substitution rate in the human mitochondrial DNA control region», Nature Genetics 15: 363–368, 1997; as cited in ref. 4.
sábado, 7 de septiembre de 2013
LAS ESCUELAS INFANTILES EN LA ETAPA DE 0 a 3 AÑOS TRAS SU TRANSFERENCIA A LA CONSEJERÍA DE EDUCACIÓN EN ANDALUCÍA
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Las Escuelas Infantiles tras su paso a la Consejería de Educación no han perdido ni cambiado, en ningún momento, sus objetivos. Es más los fines para los cuales fueron creadas continúan inalterables y vigentes tras la transferencia a la Consejería de Educación.
Los horarios y calendarios son los específicos para los objetivos y necesidades que se persigue en esta etapa y por ello son diferentes al del resto del sistema educativo en su conjunto.
El Decreto establece la ordenación y las enseñanzas correspondientes a la Educación Infantil con dos ciclos bien definidos y diferenciados uno del otro. El primero comprende hasta los tres años y el segundo desde los tres a los seis años de edad. En estos ciclos los espacios físicos y las necesidades a cubrir varían entre ellos por lo cual no puede haber un paralelismo estricto entre los dos ciclos. Esto debe incluir tanto al personal laboral en su conjunto como a las necesidades de los usuarios a los que van dirigidos (padres y niños de 0 a 3 y de 3 a 6 años).
El Decreto pone especial énfasis en las tareas de tipo educativo a desarrollar por el personal docente (educativo) y deja en un segundo plano la finalidad primordial de la educación infantil de 0 a 3 años, cual es la de contribuir al desarrollo físico, afectivo, social e intelectual de los niños y niñas, mediante la interactuación con el medio que les rodea. Es en este plano donde no solo debe de intervenir el personal educativo exclusivamente sino que debe de jugar un papel muy importante el resto del personal laboral no docente de las Guarderías.
En base a todo lo anteriormente expuesto tanto los horarios como los calendarios son propios y exclusivos para este primer ciclo y los espacios también son diferentes. Adecuándose a los usuarios atendidos.
No existe pues contradicción entre calendarios laborales ya que cada etapa educativa tiene el suyo propio definido según las necesidades mencionadas.
El tratar de unificar los calendarios como pretenden algunos, sí plantea contradicciones pues con ello desaparecería la coordinación, el trabajo en equipo y los objetivos a desarrollar conjuntamente por todo el personal de las Guarderías, es decir plantearía diferencias notorias entre personal educativo (docente) y el resto de personal laboral que desarrolla labores complementarias no estrictamente educativas.
Con las peregrinas propuestas que persiguen organizaciones sindicales minoritarias, se discriminaría a una parte de los trabajadores, marcando diferencias en el trabajo. Es decir pretenden dividir al personal en dos grupos:
· uno con labores educativas y otro con labores asistenciales.
Porque las tareas de planificación, proyecto educativo, evaluación, organización, memoria etc… son funciones asumidas por el personal educativo exclusivamente en todas las etapas del sistema educativo en su conjunto.
En su desconocimiento o engaños, esas organizaciones con escasa o nula representación, llegan a afirmar que la Consejería de Educación aplica un horario al personal laboral del ciclo 3 a 6 años, al de Educación Primaria y a los institutos de Enseñanza Secundaria, basado en un acuerdo de 2005. Todo ello es mentira porque el acuerdo a que hace referencia solo recoge su aplicación a determinados colectivos de personal laboral en Educación Primaria – exclusivamente - como Educadores (antiguos Ed. de Disminuidos), Monitores Escolares, Médicos, Psicólogos, Pedagogos, y poco más. Deja fuera a los monitores de Educación Infantil (en el ciclo de 3 a 6 años) y a todo el personal laboral de los centros de secundaria y residencias escolares. Por ello Ustea engaña a sabiendas de que lo que manifiesta es una mentira sin pie ni cabeza.
Mienten y tratan de engañar y confundir descaradamente cuando manifiesta que existe un horario general de referencia por el que se regula todo el personal laboral en la Consejería de Educación.
Mienten o lo que es peor desconocen la realidad y la situación en la que pretende moverse y con ello manifiesta su total incompetencia para defender las reivindicaciones del personal laboral de las Guarderías.
Pero mienten cambiando incluso lo que se dice en el acuerdo al que pretende aludir mezclando categorías profesionales cuando no inventando a quien van dirigidos los acuerdos, pretendiendo con ello sus fines de propaganda, engaño y manipulación del colectivo de personal laboral en las Guarderías.
Si como pretenden, esos sindicatos sin representación, se unifica el calendario escolar, las necesidades que demandan los padres para sus hijos en las Guarderías cambiarían sustancialmente e incluso desaparecerían, por lo que muchas Guarderías no serían necesarias ya que el horario especifico en las Guarderías se adecua a la atención de los niños en las edades de 0 a 3 años exclusivamente. Y a ello debe su existencia misma.
Olvidan y no tienen en cuenta con sus propuestas, poco estudiadas y peor planteadas; que de llevarse a cabo lo que pretende se llegaría a la separación total de funciones entre los colectivos de personal laboral que actualmente trabajan en las
Guarderías. Puesto que como bien define el Decreto para todas las etapas educativas en su conjunto:
1. Las Guarderías atienden a los niños entre 0 y 3 años contribuyendo al máximo en el desarrollo de las capacidades de todos los niños y niñas, establecidos en los objetivos para esa etapa y atendiendo a su bienestar físico.
2. Las tutorías forman parte de la función docente y constituye un elemento fundamental para orientar la mejora de los procesos de enseñanza y aprendizaje. Corresponderá a los centros educativos la programación, desarrollo y evaluación de la acción tutorial, que será recogida en el plan de acción tutorial, incluido en su proyecto educativo.
3. El plan de acción tutorial en esta etapa educativa establece los marcos de referencia para la colaboración de las familias en los procesos educativos de sus hijos e hijas.
4. La acción tutorial recoge las características propias del alumnado de esta etapa, hacen que la figura del tutor o tutora sea el referente para que los niños crezcan con confianza y seguridad. Son los tutores y tutoras quienes organizan el aula y coordinaran sus acciones con los otros tutores y tutoras de la etapa y/o ciclo y profesionales de la educación ofreciendo un marco educativo coherente para los niños y niñas.
Proponen, además, una serie de reivindicaciones que están ya implantadas en las Guarderías.
Todo ello es propio de sindicatos alejados de la realidad que pretenden defender y ajenos al día a día y a las necesidades y reivindicaciones de los trabajadores de las Guarderías de la Junta de Andalucía.
Dicen reivindicar ratios, personal de apoyo o incluso cursos formativos que hace mucho tiempo fueron reivindicados por los sindicatos mayoritarios y conseguidos tras negociación con la Junta de Andalucía. Todo esto está implantado en las Guarderías desde hace muchos años y lo saben pero como no tienen nada nuevo ni mejores propuestas para el colectivo, rellenan con inventos unas hojas para engañar al personal laboral de las Guarderías a sabiendas de que solo mienten y tratan de justificar sus escasas aportaciones a este colectivo.
Don Blas de Lezo y Olabarrieta El vasco que humilló a los ingleses
Don Blas de Lezo y Olabarrieta
El vasco que humilló a los ingleses:
Tras haber
fracasado en los sucesivos intentos de la toma de la ciudad y a causa de las
grandes bajas en las filas inglesas, la perdida de navíos, la desmoralización
de las tropas que incluían el descontento de las mismas y la falta de
provisiones, según relata un diario de campaña de un soldado
inglés, Vernon, decidió retirarse disparando sus cañones a la
ciudad en su retirada y dejando barcos incendiados por falta de tripulación.
Remitió una carta a Lezo:
«Hemos decidido retirarnos, pero para volver pronto a ésta plaza, tras
reforzarnos en Jamaica»
Blas de Lezo,
respondió con ironía:
«Para
venir a Cartagena, es necesario que el Rey de Inglaterra construya otra
escuadra mayor, porque ésta solo ha quedado para conducir carbón de Irlanda a
Londres".
Pero hagamos un poco de Historia:
Don Blas de Lezo. Héroe victorioso
de ESPAÑA contra contra Inglaterra.
Hace doce
años, cuando escribía La carta esférica, tuve en las manos una medalla
conmemorativa, acuñada en el siglo XVIII, donde Inglaterra se atribuía una
victoria que nunca ocurrió. Como lector de libros de Historia estaba
acostumbrado a que los ingleses oculten sus derrotas ante los españoles -como
la del vicealmirante Mathews en aguas de Tolón o la de Nelson cuando perdió el
brazo en Tenerife-, pero no a que, además, se inventen victorias. Aquella pieza
llevaba la inscripción, en inglés: El orgullo de España humillado por el
almirante Vernon; y en el reverso: Auténtico héroe británico, tomó
Cartagena -Cartagena de Indias, en la actual Colombia- en abril de 1741. En
la medalla había grabadas dos figuras. Una, erguida y victoriosa, era la del
almirante Vernon. La otra, arrodillada e implorante, se identificaba como Don
Blass y aludía al almirante español Blas de Lezo: un marino vasco de Pasajes
encargado de la defensa de la ciudad. La escena contenía dos inexactitudes. Una
era que Vernon no sólo no tomó Cartagena, sino que se retiró de allí tras
recibir las suyas y las del pulpo. La otra consistía en que Blas de Lezo nunca
habría podido postrarse, tender la mano implorante ni mirar desde abajo de esa
manera, pues su pata de palo tenía poco juego de rodilla: había perdido una
pierna a los 17 años en el combate naval de Vélez Málaga, un ojo tres años
después en Tolón, y el brazo derecho en otro de los muchos combates navales que
libró a lo largo de su vida. Aunque la mayor inexactitud de la medalla fue
representarlo humillado, pues Don Blas no lo hizo nunca ante nadie. Sus
compañeros de la Real Armada lo llamaban Medio hombre, por lo que
quedaba de él; pero los cojones siempre los tuvo intactos y en su sitio. Como
los del caballo de Espartero.
La vida de ese pasaitarra -mucho me sorprendería que figure en los libros escolares vascos, aunque todo puede ser- parece una novela de aventuras: combates navales, naufragios, abordajes, desembarcos. Luchó contra los holandeses, contra los ingleses, contra los piratas del Caribe y contra los berberiscos. En cierta ocasión, cercado por los angloholandeses, tuvo que incendiar varios de sus propios barcos para abrirse paso a través del fuego, a cañonazos. En sólo dos años, siendo capitán de fragata, hizo once presas de barcos de guerra enemigos, todos mayores de veinte cañones, entre ellos el navío inglés Stanhope. En los mares americanos capturó otros seis barcos de guerra, mercantes aparte. También rescató de Génova un botín secuestrado de dos millones de pesos, y participó en la toma de Orán y en el posterior socorro de la ciudad. Después de ésas y otras muchas empresas, nombrado comandante general del apostadero naval de Cartagena de Indias, a los 54 años, y tras rechazar dos anteriores tentativas inglesas contra la ciudad, hizo frente a la fuerza de desembarco del almirante Vernon: 36 navíos de línea, 12 fragatas y varios brulotes y bombardas, 100 barcos de transporte y 39.000 hombres. Que se dice pronto.
La vida de ese pasaitarra -mucho me sorprendería que figure en los libros escolares vascos, aunque todo puede ser- parece una novela de aventuras: combates navales, naufragios, abordajes, desembarcos. Luchó contra los holandeses, contra los ingleses, contra los piratas del Caribe y contra los berberiscos. En cierta ocasión, cercado por los angloholandeses, tuvo que incendiar varios de sus propios barcos para abrirse paso a través del fuego, a cañonazos. En sólo dos años, siendo capitán de fragata, hizo once presas de barcos de guerra enemigos, todos mayores de veinte cañones, entre ellos el navío inglés Stanhope. En los mares americanos capturó otros seis barcos de guerra, mercantes aparte. También rescató de Génova un botín secuestrado de dos millones de pesos, y participó en la toma de Orán y en el posterior socorro de la ciudad. Después de ésas y otras muchas empresas, nombrado comandante general del apostadero naval de Cartagena de Indias, a los 54 años, y tras rechazar dos anteriores tentativas inglesas contra la ciudad, hizo frente a la fuerza de desembarco del almirante Vernon: 36 navíos de línea, 12 fragatas y varios brulotes y bombardas, 100 barcos de transporte y 39.000 hombres. Que se dice pronto.
He visto dos retratos de Edward Vernon, y en ambos -uno, pintado por Gainsborough- tiene aspecto de inglés relamido, arrogante y chulito. Con esa vitola y esa cara, uno se explica que vendiera la piel antes de cazar el oso, haciendo acuñar por anticipado las medallas conmemorativas de la hazaña que estaba dispuesto a realizar. Pese a que a esas alturas de las guerras con España todos los marinos súbditos de Su Graciosa sabían cómo las gastaba Don Blas, el cantamañanas del almirante inglés dio la victoria por segura. Sabía que tras los muros de Cartagena, descuidados y medio en ruinas, sólo había un millar de soldados españoles, 300 milicianos, dos compañías de negros libres y 600 auxiliares indios armados con arcos y flechas. Así que bombardeó, desembarcó y se puso a la faena. Pero Medio hombre, fiel a lo que era, se defendió palmo a palmo, fuerte a fuerte, trinchera a trinchera, y los navíos bajo su mando se batieron como fieras protegiendo la entrada del puerto. Vendiendo carísimo el pellejo, bajo las bombas, volando los fuertes que debían abandonar y hundiendo barcos para obstruir cada paso, los españoles fueron replegándose hasta el recinto de la ciudad, donde resistieron todos los asaltos, con Blas de Lezo personándose a cada instante en un lugar y en otro, firme como una roca. Y al fin, tras arrojar 6.000 bombas y 18.000 balas de cañón sobre Cartagena y perder seis navíos y nueve mil hombres, incapaces de quebrar la resistencia, los ingleses se retiraron con el rabo entre las piernas, y el amigo Vernon se metió las medallas acuñadas en el ojete.
Blas de Lezo murió pocos meses después, a resultas de los muchos sufrimientos y las heridas del asedio, y el rey lo hizo marqués a título póstumo. Creo haberles dicho que era vasco. De Pasajes, hoy Pasaia. A tiro de piedra de San Sebastián. O sea, Donosti. Pues eso.
Valiente,
honorable, buen estratega… muchos son los adjetivos que se pueden aplicar a
grandes héroes como el almirante Nelson, cuyo nombre aún resuena en Gran
Bretaña. Sin embargo, también son características de las que pudo presumir Blas
de Lezo, un oficial tuerto, cojo y manco de la marina española que
consiguió resistir el ataque de 195 navíos ingleses con apenas 6 barcos durante
el Siglo XVIII.
Esta
historia, digna de salir en cualquier película de la conocida saga «Piratas
del Caribe», es una de las muchas en las que se
ha demostrado la capacidad estratégica de la marina española de la época. Sin
embargo, se suma a las docenas de hazañas que han caído en el olvido.
Cojo, manco, y tuerto
Blas de Lezo
nació en Pasajes, Guipúzcoa, el 3 de febrero de 1687, aunque aún existe
controversia sobre el lugar y el año en que vino al mundo. «Las fuentes son
confusas y señalan otro lugar posible de nacimiento y otra fecha dos años
posterior, pero en lo que no hay duda es que es un marinero vasco que se
convirtió en uno de los más grandes estrategas de la Armada española en toda su
historia» determina Jesús María Ruiz Vidondo, doctor en historia militar,
colaborador del GEES (Grupo de Estudios Estratégicos) y profesor del instituto de
educación secundaria Elortzibar.
Su carrera
militar empezó en 1704, siendo todavía un adolescente. En aquellos años, en España se sucedía una
guerra entre la dinastía de los Austrias y Borbones por conseguir la corona
tras la muerte del rey Carlos II, sin descendencia. «Blas de Lezo había estudiado
en Francia cuando esta era aliada de España en la Guerra de Sucesión. Tenía
17 años cuando se enroló de guardiamarina al servicio de la escuadra
francesa al mando del conde de Toulouse», destaca el historiador.
Ese mismo
año se quedaría cojo. «La pierna la perdió en la batalla de Vélez-Málaga,
la más importante de la Guerra de Sucesión, en la que se enfrentaron las
escuadras anglo-holandesa y la franco-española» afirma Vidondo. «Fue una dura
batalla en la que una bala de cañón se llevó la pierna izquierda de Blas de
Lezo, pero él continuó en su puesto de combate. Después se le tuvo que
amputar, sin anestesia, el miembro por debajo de la rodilla. Cuentan las
crónicas que el muchacho no profirió un lamento durante la operación»,
cuenta Vidondo.
La pierna la perdió debido a una bala de cañón
Aunque el
combate finalizó sin un vencedor claro, el marino comenzó a ser conocido por su
heroicidad. «Blas de Lezo fue elogiado por el gran almirante francés por su
intrepidez y serenidad y por su comportamiento se le ascendió a alférez de
navío», explica el experto en historia militar.
El ojo lo
perdió dos años más tarde, en la misma guerra, en la fortaleza de Santa Catalina de Tolón mientras
luchaba contra las tropas del príncipe Eugenio de Saboya. «En esta acción y
tras el impacto de un cañonazo en la fortificación, una esquirla se le alojó
en su ojo izquierdo, que explotó en el acto. Perdió así para siempre la
vista del mismo, pero quiso continuar en el servicio y no abandonarlo»
determina Vidondo. Sin duda la suerte no estaba de su lado, pero Lezo siguió
adelante.
Finalmente,
cuando tenía 26 años, el destino volvió a ser esquivo con este marino. «La
Guerra de Sucesión había prácticamente finalizado en julio de 1713 con la firma
de la paz con Gran Bretaña, pero Cataluña seguía en armas por los partidarios
de la casa de Austria. El marino participó en varios combates y bombardeos a la
plaza de Barcelona. En uno de ellos, el 11 de septiembre de 1714, se acercó
demasiado a las defensas enemigas y recibió un balazo de mosquete en el
antebrazo derecho que le rompió varios tendones y le dejó manco para toda su
vida», determina el experto. Así, y tras quedarse cojo, tuerto y sin mano,
Blas de Lezo pasó a ser conocido como el «Almirante Patapalo» o el
«Mediohombre». Su leyenda había comenzado.
Hazañas iniciales
Una vez
finalizada la Guerra de Sucesión, Lezo se destacó por su servicio a España. Una
de sus misiones más destacadas fue la que realizó en 1720 a bordo del galeón «Lanfranco».
«Se le integró en una escuadra hispano-francesa al mando de Bartolomé de Urdazi
con el cometido de acabar con los corsarios y piratas de los llamados Mares del
Sur (Perú)», sentencia el historiador.
«Sus
primeras operaciones fueron contra el corsario inglés John
Clipperton. Éste logró
evitarles y huir hacia Asia, donde fue capturado y ejecutado», finaliza el
doctor en historia militar. Por esta y otras hazañas, el rey ascendió al
«Almirante Patapalo» a teniente general en 1734. Sin embargo, su misión
más difícil llegó cuando fue enviado a Cartagena de Indias (Colombia)
como comandante general.
El mayor reto de Lezo
El mayor
desafío de Blas de Lezo se sucedió sin duda en Colombia, donde tuvo que
defender Cartagena de Indias (el centro del comercio americano y donde
confluían las riquezas de las colonias españolas) de los ingleses, ansiosos de
conquistar el territorio. En este caso, los británicos aprovecharon una
afrenta a su imperio para intentar tomar la ciudad.
El pretexto
fue el asalto a un buque británico. «En este contexto se produjo en 1738 la
comparecencia de Robert Jenkins ante la Cámara de los Comunes, un contrabandista
británico cuyo barco, el Rebecca, había sido apresado en abril de 1731
por un guarda costas español, que le confiscó su carga. La oposición
parlamentaria y posteriormente la opinión pública sancionaron los incidentes
como una ofensa al honor nacional», determina Vidondo. La excusa perfecta había
llegado y se declaró la guerra a España.
Los
preparativos se iniciaron, y los ingleses no escatimaron en gastos. «Para
vengar la oreja de Jenkins Inglaterra armó toda una formidable flota jamás
vista en la historia (a excepción de la utilizada en el desembarco de
Normandía), al mando del Almirante inglés Edward Vernon. La armada estaba
formada por 195 navíos, 3.000 cañones y unos 25.000 ingleses apoyados por
4.000 milicianos más de los EEUU, mandados éstos por Lawrence, hermanastro
del Presidente Washington», afirma el experto en historia militar.
Los ingleses contaba con 195 navíos, 3.000 cañones y
unos 25.000 ingleses
Por el
contrario, Blas de Lezo no disponía de un gran número de soldados ni barcos
para defender la ciudad. «Las defensas de Cartagena no pasaban de 3.000
hombres, 600 indios flecheros, más la marinería y tropa de infantería de marina
de los seis navíos de guerra de los que disponía la ciudad: el Galicia (que
era la nave Capitana), el San Felipe, el San Carlos, el África, el Dragón y el
Conquistador. La proporción entre los españoles y los ingleses era de 1 español
por cada 10 ingleses», explica Vidondo.
Pero, lo que
tenía a su favor el «Almirante Patapalo» era un terreno que podía ser utilizado
por un gran estratega como él. Y es que la entrada por mar a Cartagena de
Indias sólo se podía llevar a cabo mediante dos estrechos
accesos, conocidos como «bocachica» y «bocagrande». El primero, estaba defendido por dos
fuertes (el de San Luis y el de San José) y el segundo por cuatro
fuertes y un castillo (el de San Sebastián, el de Santa Cruz, el del
Manzanillo, el de Santiago -el más alejado- y el castillo de San Felipe).
Lezo se
preparó para la defensa, situó varios de sus buques en las dos entradas a
las bahías y dio órdenes de que, en el caso de que se vieran superados, fueran
hundidos para que no fueran apresados y para que sus restos impidieran la
entrada de los navíos ingleses hasta Cartagena de Indias. La guerra había
comenzado y el «Mediohombre» se preparó para la defensa.
Comienza la batalla
«El 13 de
marzo de 1741 apareció la mayor flota de guerra que jamás surcara los mares
hasta el desembarco de Normandía. Para el día 15 toda la armada enemiga se
había desplegado en plan de cerco. Al comienzo se notó la superioridad
británica y fáciles acciones les permitieron adueñarse de los alrededores de la
ciudad fortificada», afirma Vidondo.
«La batalla
comenzó en el mar. Tras comprobar que no podían acceder a la bahía, los
ingleses comenzaron un bombardeo incesante contra los fuertes del puerto.
Blas de Lezo apoyaba a los defensores con la artillería de sus navíos, que
había colocado lo suficientemente cerca. Usaba bolas encadenadas, entre
otras artimañas, para inutilizar los barcos ingleses», narra el
historiador.
Lezo incendió sus buques para obstaculizar la entrada
de los ingleses
Tras acabar
con varias baterías de cañones, Vernon se dispuso a desembarcar algunos de
sus hombres, que lograron tomar posiciones en tierra. «Luego, el inglés se
dispuso a cañonear la fortaleza de San Luis de Bocachica día y noche durante
dieciséis días, el promedio de fuego era de 62 grandes disparos por cada hora»,
determina el experto en historia militar. El bombardeo fue masivo y los
españoles tuvieron que abandonar en los días sucesivos los fuertes de San
José y Santa Cruz.
El ímpetu
del ataque obligó al español a tomar una decisión dura: «Lezo incendió sus
buques para obstruir el canal navegable de Bocachica, aunque el Galicia no
prendió fuego a tiempo. Sin embargo, logró retrasar el avance inglés de
forma considerable. Blas de Lezo decidió dar la orden de replegarse ante la
superioridad ofensiva y la cantidad de bajas españolas», afirma Vidondo.
A su vez, en
Bocagrande se siguió la misma táctica y se hundieron los dos únicos navíos
que quedaban (el Dragón y el Conquistador) para dificultar la entrada del
enemigo. «El sacrificio resultó en vano, pues los ingleses remolcaron el
casco de uno de ellos antes de que se hundiera para restablecer el paso y
desembarcaron», sentencia el experto. Las posiciones habían sido perdidas y
los españoles se defendían en el fuerte de San Sebastián y Manzanillo. Además,
como último baluarte, se encontraba el castillo de San Felipe.
Vernon se cree vencedor
Los ingleses
habían conseguido acabar con varias fortalezas y asentarse en las bahías de
Cartagena de Indias tras pasar los obstáculos puestos por los españoles. Sin
duda, sentían la victoria cerca. «Vernon entró entonces triunfante en la bahía
con su buque Almirante con las banderas desplegadas dando la batalla por
ganada», narra el historiador.
ESTOS
INGLESES COMO SIEMPRE MINTIENDO Y TARGIVERSANDO LA HISTORIA.
Vernon envió
en ese momento una corbeta a Inglaterra con un mensaje en el que anunciaba su
gran victoria sobre los españoles. La noticia fue recibida con grandes
festejos entre la población y, debido al júbilo, se mandó acuñar una moneda conmemorativa
para recordar la gran victoria. En ella, se podía leer «El orgullo español
humillado por Vernon» y. además, se apreciaba un grabado de Blas de Lezo
arrodillado frente al inglés.
La victoria del «Mediohombre»
Vernon
estaba decidido, la hora de la victoria había llegado. Por ello, quiso darle el
broche final tomando el símbolo de la resistencia española: el castillo de
San Felipe, donde resistían únicamente seis centenares de soldados,
según cuenta el historiador. Sin embargo, el asalto desde el frente era un
suicidio, por lo que el inglés se decidió a dar la vuelta a la fortaleza y
asaltar por la espalda a los españoles. «Para ello atravesaron la selva, lo que
provocó la muerte por enfermedad de cientos de soldados, pero al fin llegaron y
Vernon ordenó el ataque», sentencia Vidondo.
Según narra
el doctor en historia, el primer asalto inglés se hizo contra una entrada de
la fortaleza y se saldó con la muerte de aproximadamente 1.500 soldados a manos
de los 600 españoles que consiguieron resistir y defender su posición a
pesar de la inferioridad numérica. Tras este ataque inicial, Vernon se
desesperó ante la posibilidad de perder una batalla que parecía hasta hace
pocas horas ganada de antemano. Finalmente, y en términos de Vidondo, el
oficial ordenó una nueva embestida, aunque esta vez planeó que sus soldados
usarían escalas para poder atacar directamente las murallas.
En la noche
del 19 de abril los ingleses se organizaron en tres grupos para atacar San
Felipe. «En frente de la formación iban los esclavos jamaicanos armados con un
machete», explica el doctor en historia. Sin embargo, los asaltantes se
llevaron una gran sorpresa: las escalas no eran lo suficientemente largas
para alcanzar la parte superior de las murallas. «El ‘Almirante Patapalo’ había
ordenado cavar un foso cerca de los muros para aumentar su altura y evitar el
asalto», determina Vidondo. Los españoles aprovecharon entonces y acabaron
con cientos de ingleses. La batalla acababa de dar un giro inesperado debido al
ingenio de un solo hombre, o más bien, «Mediohombre».
Tras la derrota, Vernon maldijo a Lezo mientras huía
El día
siguiente, según afirma el historiador, los españoles salieron de la
fortaleza dispuestos a aprovechar el duro golpe psicológico que habían
sufrido los ingleses. En primera línea corría Lezo, cargando al frente de la
formación mientras sujetaba el arma con su único brazo. Finalmente, y tras una
cruenta lucha, los menos de 600 defensores lograron que el enemigo se
retirara y volviera a sus navíos. Ahora, y de forma definitiva, la victoria
pertenecía a los soldados españoles y, por encima de todo, a un solo
combatiente: el «Almirante Patapalo».
Después de
esa batalla, se sucedieron una serie de intentos por parte de los ingleses de
conquistar la plaza fuerte, pero fueron rechazados. «Vernon se retiró a sus
barcos y ordenó un bombardeo masivo sobre la ciudad durante casi un mes, pero
no sirvió de nada», determina el experto.
Finalmente,
Vernon abandonó las aguas de Cartagena de Indias con, según los datos
oficiales, unos 5.000 ingleses muertos. Sin embargo, según determina
Vidondo, es difícil creer que la cifra sea tan baja, ya que el oficial
tuvo que hundir varios navíos en su huída debido a que no tenía suficiente
tripulación para manejarlos y no quería que cayesen en manos españolas. «Cada
barco parecía un hospital», afirma el historiador.
De hecho, y
según cuenta la leyenda, Vernon sentía tanto odio hacia el «Mediohombre» que,
mientras se alejaba junto a su flota de vuelta a Inglaterra, gritó a los
vientos «God damn you, Lezo!» (¡Que Dios te maldiga, Lezo!). Podía
maldecir todo lo que quisiera, pero había sido derrotado.
La mentira del inglés
Además,
según determina Vidondo, a Vernon todavía le quedaba un último mal trago:
informar en Inglaterra de que la había perdido la batalla. Al llegar a su
tierra, sin embargo, parece que no tuvo valor para dar a conocer la noticia
públicamente, por lo que fue pasando el tiempo hasta que, finalmente, sus
compatriotas descubrieron el engaño. Cuando salió a la luz, la vergüenza
fue tan arrolladora para el país que se tomaron medidas más drásticas para
acallar la gran derrota: «El rey Jorge II prohibió todo tipo de publicación
sobre la batalla», finaliza
Vidondo.
Inglaterra Silencia su Derrota
en Cartagena de Indias
La
humillación fue tal que el rey Jorge II ordenó a los historiadores ingleses no
se escribiera nada de la derrota; y los historiadores ingleses son hegemónicos,
lo que ellos no publican no existe. Y como los historiadores no escribieron
nada sobre Cartagena de Indias, esta batalla fue injustamente ocultada para la
historia.
Muy pocos
españoles han oído hablar de la guerra de la Oreja de Jenkins, en la que los
británicos sufrieron quizás, la vergüenza más grande de su historia. La mayoría
de españoles de hoy en día no se sienten orgullosos de serlo, mientras a los
ingleses les sale el orgullo por las orejas. Sin embargo, algunos ingleses
perdieron sus “orejas” por culpa de su derrota ante los españoles.
Qué fue de Vernon después de
su Derrota en Cartagena de Indias
A su vuelta
a Inglaterra y en vista de la cruda realidad, Vernon fue relevado de su cargo
inmediatamente y expulsado de la Marina en 1746.
CONCLUSIÓN:
Inglaterra
no volvió a amenazar seriamente al Imperio español que subsistió un siglo más.
España, en cambio, contribuyó años más tarde al desmoronamiento de las colonias
inglesas en América, hecho que también ha tratado de silenciarse: España en la
Guerra de Independencia y Bernardo de Gálvez (1746-1786).
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