A continuación pongo una noticia aparecida en los periódicos que creo de interés general:
El Gobierno castiga a las rentas del trabajo y favorece la actividad inmobiliariaEl Gobierno ya ha presentado los Presupuestos Generales del Estado para 2009, unas cuentas públicas que auguran un déficit fiscal del 1,9 por ciento para el conjunto de las Administraciones Públicas, cerca del límite que establece la UE. La partida destinada a las prestaciones por desempleo dispara los fondos destinados al Ministerio de Trabajo, rúbrica que, junto con las infraestructuras –la otra partida más importante- obligará al Gobierno a aumentar la deuda pública. Pero el Gobierno realiza una subida de impuestos encubierta a las rentas del trabajo y rebaja las exigencias tributarias para la actividad inmobiliaria.
El Gobierno ha decidido subir los impuestos a las rentas del trabajo y dar aliento al sector promotor inmobiliario mediante su política tributaria en los nuevos Presupuestos Generales del Estado para 2009.
La decisión de no actualizar el IRPF con la inflación supondrá una subida fiscal de 2.500 millones de euros, es decir, que cada trabajador de renta media deberá pagar 400 euros más en su declaración de la Renta. Para impulsar el sector del ladrillo, Solbes recupera las deducciones por alquiler y elimina el gravamen en la venta de vivienda, siempre que el dinero se emplee en comprar otro inmueble.
Y es que la caja del Estado está vacía, el sector público no puede financiarse en el exterior por la restricción crediticia mundial y la deuda del Estado no es atractiva para los inversores internacionales. Por lo tanto, el Gobierno cree que la mejor vía de evitar el hundimiento actual de los ingresos fiscales es mediante subidas de impuestos. En este caso, el método escogido es la no deflactación de la tarifa del IRPF, es decir, que no se actualiza el Impuesto sobre la Renta con la inflación.
En concreto, aquellos ciudadanos que ganen más de 26.000 euros tendrán un castigo fiscal de 245,8 euros; pero para las rentas superiores a 33.000 euros al año el golpe será mayor, de 471,5 euros.
Y es que la caída del consumo prevista en los PGE de 2009 no aumentará los ingresos por IVA, mientras que el Impuesto de Sociedades también verá menguar su recaudación por el mal momento que viven las empresas. Por lo tanto, el Gobierno castiga a las rentas del trabajo para capear el temporal y evitar una mayor subida del déficit presupuestario, que alcanzará el 1,9 por ciento el próximo año para el conjunto de las Administraciones Públicas.
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