martes, 8 de marzo de 2011

LA DIFICIL SUPERVIVENCIA DE LOS CRISTIANOS COPTOS EN EGIPTO Y TODO ORIENTE MEDIO.



Las matanzas tuvieron uno de sus episodios más violentos poco antes de la revolución que derrocó a Mubarak.
Musulmanes airados queman iglesias y matan impunemente a cristianos sin que el mundo progre e hipóctita diga nada para no herir la sensibilidad de los asesinos.



El término copto significa egipcio en griego, y alude a todos aquellos que se mantuvieron fieles al cristianismo tras la invasión árabe del siglo VII. Su lengua, procedente del antiguo egipcio –más tarde sustituida por el árabe– se ha mantenido en la liturgia. E incluso han conservado un alfabeto y un calendario propios.

Pero no sólo los cristianos egipcios son llamados coptos; también los cristianos etíopes, los eritreos e históricamente, aunque desaparecidos tras la invasión islámica, los nubios.

La Iglesia copta nació tras la separación operada en el Patriarcado de Alejandría a causa de las divergencias creadas por el Concilio de Calcedonia en 451, cuando la Iglesia, por motivo de la herejía nestoriana, se vio precisada de definir las naturalezas humana y divina como propias de Cristo. Los coptos, celosos de la divinidad del Salvador, consideraron que la sustancia humana de este había sido absorbida por su infinita naturaleza divina y, por tanto, en Cristo no habría más que divinidad. Es lo que se conoce como herejía monofisita.

Prédica de Marcos
Egipto fue evangelizado por el apóstol San Marcos a partir de las comunidades hebreas residentes en Alejandría. Fue allí donde se adoptó como símbolo cristiano la cruz. Además, el que fueran los judíos quienes aceptaran originariamente la nueva predicación se ha traducido en la pervivencia de la Biblia Septuaginta –escrita en griego y utilizada por los judíos desde el siglo III a. C.– como la canónica en la Iglesia ortodoxa copta.

Existen dos grandes grupos que reciben la denominación de copto: los ortodoxos y los católicos, aunque los primeros son mayoría muy amplia. Los católicos son una secesión de la Iglesia copta mayoritaria, operada en el siglo XVIII, cuando un obispo copto de Jerusalén se pasó al catolicismo, y con él la comunidad copta a la que pertenecía. Aunque dicho obispo más tarde reingresaría en el cisma ortodoxo, la línea de sucesión apostólica se mantuvo tras él, y la comunidad permaneció católica. Hoy día, la mayor parte de los católicos coptos viven en el alto Egipto.

Silueta luminosa

Esta Iglesia, obediente al Papa romano, como el conjunto de los católicos, tiene por cabeza a su propio patriarca de Alejandría, que reside en El Cairo. El patriarca es nombrado por el Santo Sínodo de la Iglesia católica copta y luego requerido por Roma para la comunión eclesial con la Santa Sede.

En el mundo del islam, las comunidades coptas viven como islas en un mar de hostilidad. Las principales ciudades egipcias cuentan todas con su barrio copto, en el que se hacinan los cristianos que aún sobreviven, tal y como lo hacían durante la Edad Media. De vez en cuando, los grupos más radicales de confesión musulmana desfogan contra dichas comunidades todo su odio y frustración.
El cristianismo copto en Egipto fue duramente atacado por los extremistas musulmanes en El Cairo pocas fechas antes del estallido de las revueltas contra Mubarak. Sin ir más lejos, el pasado sábado, los asistentes a un entierro de dos musulmanes muertos en una riña, terminaron su duelo quemando una iglesia.

En la actualidad, en Egipto viven unos siete millones de coptos; en su mayoría, ortodoxos. En Etiopía hay unos 50 millones de coptos ortodoxos y en Sudán son buena parte de los tres millones de cristianos. Eritrea tiene unos dos millones de coptos, más una cierta población católica nada desdeñable.

En los últimos años, la comunidad copta egipcia ha sido testigo de manifestaciones marianas de gran trascendencia, aprobadas como tales por la máxima autoridad copta ortodoxa. Entre ellas, las apariciones de 1968, que se prolongaron hasta 1970, y que sucedieron en la localidad de Zeitun (olivo, en árabe) en una poderosa evocación de la paz. Acaecidas sobre la iglesia de San Marcos, tuvieron lugar en un sitio en el que, según asegura la tradición, encontró acomodo la Sagrada Familia durante su huida a Egipto.

La epifanía mariana, en forma de luminosidad recortada contra un fondo de profunda oscuridad nocturna sobre los templos coptos, se ha reproducido en otras ocasiones, algunas muy recientes. Aunque no hay mensaje alguno, sino solo contemplación, muchos fieles han querido ver en estas apariciones una bondadosa y animante advertencia del Cielo.

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